Con la presencia de la intendente Ana María Meiners acompañada por miembros del Departamento Ejecutivo Municipal, se reunieron en el Salón Blanco los representantes de más de 30 instituciones de la ciudad y sectores de interés que participan del Cabildo Abierto de la Ciudad de Esperanza, a los fines del tratamiento de un tema trascendente como lo es la “Problemática de Adicciones en nuestra ciudad”. En la oportunidad participó especialmente invitado, el Dr. Lisandro Funes, miembro del equipo interdisciplinario de control de adicciones de la Policía de Santa Fe, junto a los máximos referentes del departamento Las Colonias de la Dirección General de Prevención y Control de Adicciones de la provincia. También, participaron del encuentro los concejales Hugo Becchio y Victor Elena, y los concejales (mc) José Carlos Andreoli y María Rosa Theler

El cabildo abierto es una creación de Albarracín que tiene un nombre aparatoso y que cuando la Intendenta no sabe qué hacer llama a una reunión para hacerle creer a la gente (y a los mismos integrantes del Cabildo Abierto) que hace algo. Nadie cree, ni por asomo, que la reunión del otro día vaya a aportar algo a la solución del problema de las "adicciones" pero la gente va igual, se sienta en las sillas, se baña con las luces del salón blanco y escucha como algún fulano habla del tema.  El cabildo abierto no soluciona nada, al único que le solucionó algo fue a Becchio porque le consiguió trabajo, después todo lo que salió de las reuniones fue nada de nada. Las vecinales hace casi cuatro años que vienen pidiendo cosas que no se hacen. Por supuesto que a todo le dicen que "sí", se llevan la "inquietud" y se ponen a estudiarla.  Ya sabemos lo que significa "estudiar" un asunto para Meiners.  Lo grave es que hasta la Intendenta cree que hace algo haciendo estas reunione que solo sirven para "hablarse encima".

El asunto de las "adicciones" es serio. Necesita decisión y acción. La Municipalidad tiene que plantarse corajudamente en los lugares donde los jóvenes se "divierten",  empezar por el alcohol haciendo cumplir las ordenanzas, intervenir con los horarios de los boliches bailables,  trabajar en conjunto con las escuelas y con los padres.  Si el municipio no toma conciencia de su responsabilidad puede reunir todos los cabildos abiertos que quiera, puede hacer todas las señales de humo que se le ocurra, porque no habrá ninguna acción efectiva que traiga esperanza de parar un poco este flagelo.  Ni siquiera es necesario decirlo, Meiners, no hara absolutamente nada.  La reunión del otro día es solo fuego artificial para hacer "como que se hace algo",  pura letra muerta en la que la señora y sus amigos son los primeros en no creer.