Después de las elecciones presidenciales del 23 de octubre pasado y cada vez con más fuerza, la gente se pregunta ¿dónde está Binner?
Salvo que el candidato devenido segundo en las presidenciales comparta con la Presidenta su visión de "país maravilloso", opinión que haría innecesario todo otro comentario, se podría ratificar, entonces, que la victoria oficialista se debió más a la opacidad de los candidatos opositores que a méritos propios.
En la ciudad parece suceder lo mismo. El remanido "cambio de actitud" de la oposición radical ha trocado en una desaparición de los referentes opositores. La concejala demócrata no ha dicho todavía ni como se llama,  Becchio, el candidato de la gente, el heredero del cabildo abierto, se ha echado a dormir y, los otrora "combativos" ediles radicales no existen.  Son tiempos difíciles. No es bueno andar buscando dificultades. Mejor quedarse tranquilos. Desensillar hasta que aclare. Lo que pasa es que la gente elige para otra cosa a sus candidatos.
Mientras tanto Meiners no hace lo que tiene que hacer, estira sus obligaciones, total la oposición descansa. ¿No hay nada que reclamar al Intendente? ¿No hay nada pendiente? ¿Hasta cuando seguirá el receso? Mientras tanto el papel opositor a quedado en manos de dos o tres medios orales y escritos que todavía reclaman a los funcionarios por los derechos de los contribuyentes.