"Señores, dijo el vocero oficial del régimen Meiners, su eminencia la señora alcaldesa ha suspendido sus vacaciones en Villa Roda para presidir este acto, el el cual se procederá a hacer un simulacro de entubamiento del canal Alem".

Los presentes se acomodaron lo más lejos posible del susodicho canal y algunas damas disimuladamente se llevaron un pañuelito a la nariz para evitar olfatear los efluvios que manaban de la gran zanja.  El gaucho Albarracín se encontraba sobre un puentecito y escuchaba los aprontes del acto mientras se espantaba una mosca rebelde que lo venía siguiendo desde temprano.

"Este olor a podrido -dijo la Intendenta cuando le tocó el turno- este bando a vestuario, a chiquero de chanchos, pasará a la historia cuando la obra esté concluída. ¡Basta de oler este estropicio! ¡Hasta cuando, compañeros, vamos a tolerar esta agresión a nuestras fosas nasales!"

Gomez y Dos Santos aplaudieron y entonces todos aplaudieron, el secretario Vega le quiso alcanzar un vaso de agua a la Alcaldesa pero la primera dama lo rechazó. "Mejor tomo agua en la Municipalidad" le dijo haciendo la seña de "cargado" en el truco.

"Ahora los niños de la escuela San Martín harán un simulacro de entubamiento preparado por la señora Schnell ex directora del establecimiento y hoy funcionaria del Municipio", la señora Meiners, se bajó de un palco que se había improvisado con cuatro cajones de soda y con una seña le dio paso a los educandos quienes se adelantaron con un rollo de cartón que, según se supo luego, simulaba el caño que se usaría para la obra.  Los pibes, renegando bastante, extendieron el "caño" de cartón mientras unas niñas portando una manguera largaban un chorro en el interior del conducto trucho. Demás está decir que el trabajo práctico terminó en un desastre porque el cartón mojado se desarmó y los chicos que lo tenían lo arrojaron al zanjón provocando un desparramo de agua hacia todos los frentes,  mojando inclusive a su excelencia la señora Ana María de los Angeles del Cocco.

-"¡Cierren la canilla! ¡Cierren la canilla!" -gritaba enloquecido Blangini sabiéndose responsable de la logística del evento.
- ¡Nena, me estás mojando las patas! - chilló la señora mientras le descargaba una mirada desintegradora a la señora Elsa y de paso a la alumna encargada de manguerear en el simulacro.

Rápidamente el "loquitor" oficial Alexis Bruno Bonete se hizo cargo del micrófono para evitar que el despelote llegue a mayores.

-"Y así, compañeros, decía el tipo con voz de "loquitor", damos por concluído este acto de pre inauguración del entubamiento del canal Alem, invitamos a los presentes a desconcentrarse y a dirigirse a orillas del canal, donde el Municipio, agazajará a la concurrencia con un "agape" consistente en canapés de muzarella y vino de la casa".

El gaucho Albarracín, que se había vestido con las bombachas blancas de los domingos, estaba en el puentecito tratando de sacarse una mancha de barro, para eso escupía en un pañuelito que le había solicitado a una de las damas de la comitiva.

La señora Intendenta con los dientes cortó un extremos de una "cajita" de vino y le empinó directo del envase. Alguien le alcanzó un sifón de soda y la señora se mandó un chorro directo del sifón. El doctor Baravalle, que se encontraba cerca, le recomendó a la alcaldesa cuidado con la dentadura postiza, advertencia que la primera dama desestimó escupiendo el trozo de cartón y sorbiendo un generoso trago del tetra.

Luego de cumplir el ceremonial y cuando se hubieron consumido los comestibles y bebestibles, la señora Intendenta, se hizo trasladar por el Concejal del Pro, Hugo Bechio (ojos saltones) hasta Villa Roda donde al día de la fecha continúa disfrutando de sus (¿merecidas?) vacaciones.