AÑO 18

NUMERO 61629

Opinión

Año: 1

Número: 46

¡Fuera los complejos proselitistas! . Por E. Ferrero

Cuando se acerca el tiempo de elecciones es común en todos los lugares que todos los candidatos se pongan en lo que se dice "estado de campaña". Así lo vemos entonces a Lopez Murphy aparecer con su cara de perro en los comedores comunitarios, a Macri paseando por las villas y a Menem prometiendo seguridad a diestra y siniestra. En todos los lugares de la Nación  la proximidad de elecciones es una bendición para los más pobres ya que parecería arrastrar un veranito de flores,  sonrisas, comida y zapatillas. Pero no en todos lados es tan así, ya que en Esperanza  (¿Acá?) la cosa parece ser un poco más loca y complicada  ya que los postulantes a los sillones oficiales tienen otra brújula que no favorece precisamente a electores carenciados. Veamos por qué decimos esto;  resulta que cuando se va arrimando el tiempo de la urna en esta comarca se ha adquirido el vicio de remover toda la basura posible hurgando en pasado presente y futuro de los adversarios a fin de descalificarlos, destruirlos y -si se puede- sacarlos de la cancha para todo el campeonato. Método "antidemocrático" que criticamos cuando es practicado por lo que  se conoce como "mafia menemista" y produce escandeletes e histerias  cuando lejos de aquí alguno de los mafiosos se excede y no solo insulta o amenaza a uno por uno de sus adversarios sino que se roba las urnas en una que otra elección provincial. Aunque curiosamente  parece quedar "pituca" y de "onda control" en esta ciudad impecable que se erige a orillas del Salado. 

Reutemann declaró que gente de los "Are Kirchner" (léase Duhalde) lo había apretado con la intención de conseguir sus favores. Menen se sintió halagado por el insulto del Lole a su enemigo y aprovechó la volada. Nosotros nos escandalizamos y, aunque en menor escala, hacemos lo mismo pero como dice mi abuela "vicio chico o vicio grande, el pecado es el mismo". Los removedores de basura encuentran conspiradores en el Instituto el Molino, ladrones en los desagües de cloacas y fachos en la defensa de la plata para el hospital. Sugieren que los fondos se despilfarran y que los actos de asistencia se inscriben dentro del "clientelismo" político. Mientras, entre nosotros, los desposeídos que reciben los beneficios  rezan a todos los santos para que continúe el clientelismo o como se llame que mejora su magra condición.

¡Ojalá los líderes estuvieran en estado de campaña permanente! ¡Ojalá para ganar los votos de la gente repavimenten las calles y le saquen brillo a las hojas de los árboles!. ¡Ojalá se hagan afirmados, desagües y se arreglen los caminos rurales! ¿Qué tiene de malo todo eso? ¿Qué importa por qué lo hacen con tal que lo hagan? ¿O acaso es mejor utilizar como método de campaña el insulto, la sospecha y el agravio? ¿En qué se benefician los pobres votantes con la pelea de los candidatos?  De última si es como se dice que algunos se muestran generosos cuando son candidatos y se olvidan de la gente cuando llegan a funcionarios, y bueno, los recordaremos con más cariño en su papel de candidatos que como funcionarios y listo.

Por eso nos declaramos hinchas furiosos del proselitismo dadivoso, de las campañas que regalan mercaderías, ropa y útiles escolares. ¡Candidatos no os acomplejéis ante la acusación gorila de que la dádiva es humillante y compradora! ¡Seguid entregando beneficios a los pobres en época de elecciones! ¡No privéis a los humildes de la única época feliz que les ofrece su amarretas vida! Y los otros, los pijoteros que no dan nada, que abandonen el insulto al que llaman "investigación" como sistema para conseguir votos y que metan de una vez la mano en la faltriquera, compren yerba y azúcar y se dejen de joder. Así por lo menos los esperancinos pobres disfrutaremos de esta elección con la panza llena y alpargatas nuevas. Lo dicho dicho está.
 
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