Teorías del alma
Según Francis Crick, el científico británico, premio Nobel y descubridor de la estructura del ADN parece que en el cerebro humano hay un grupo de neuronas que son el origen de la conciencia y el alma. O sea que se vienen tiempos difíciles para el alma humana porque según estos nuevos profetas de la ciencia no existe como algo sobrenatural ya que es solo "una banal fusión de neuronas". ¿Tan lejano habrá quedado entonces Platón con sus consideraciones sobre la inmortalidad del alma?. "Si el ojo fuera un animal –decía Aristóteles- la vista sería su alma". ¿Qué diría San Agustín para quién el alma ha surgido de la nada a partir de la voluntad creadora de Dios? Este inglés (medio pagano) tiene la convicción científica que nuestras mentes, el comportamiento de nuestros cerebros, puede ser íntegramente explicados por la interacción de las células cerebrales. "Algún día la humanidad aceptará el concepto de que el alma y promesa de la vida eterna no existen, así como debió aceptar hace siglos que la tierra era redonda" –dijo el tipo-.

Teorías del alma II
Hay que creer que algunos tipos le dan la razón a Francis Crick porque en realidad hacen dudar si tienen o no tienen alma. Tal vez los que manejan la política exterior de Estados Unidos hayan sido los que le dieron el premio Nobel a Crick porque les conviene que el alma no exista. La de ellos sobre todo, alma que tiene destino incierto. Los Estados Unidos en su afán de encontrar un motivo que justifique la guerra ya cambiaron tres veces sus argumentos y ahora, Bush (¿Seguro tiene alma?) está hablando de (escuchen bien) la lucha por los derechos humanos. ¡O sea que pretenden bombardear al pueblo iraquí con tres mil bombas en nombre de los derechos humanos!
Tanto los yankis como los británicos necesitan estas extrañas teorías para seguir en su devastadora tarea que ninguna religión justifica. No tienen perdón de Dios, no interesa si tienen o no tienen alma, seguro ya la han perdido, ni el premio Nobel los sacará del infierno.

Teorías del alma III
Primitivamente, el alma –dice el diccionario de filosofía- estuvo asociada a la idea del aliento o del fuego. "Cuando falta el aliento, el individuo muere". Si se piensa como fuego, cuando la persona muere, ese calor vital se apaga. En ambos casos el alma es el principio de la vida. En estos tiempos en que el mundo parece que se nos viene encima y no nos sentimos a salvo de ninguna guerra por más que esta suceda en los confines del planeta es cuando los oficios del mal se presentan en todos los actos de nuestra vida. No hay ciudad chica y ciudad grande, no hay imperio que escape a los misterios del alma humana, por más poderoso que sea. Lo que está mal se percibe en el aliento interior de todos los hombres, no es posible matar por conveniencia como no es admisible mentir para ganar dinero, no se puede humillar con la fuerza, someter, jugar sucio para avanzar políticamente, insultar, torturar, hambrear, rapiñar. Ningún hombre viva donde viva, en Alaska, Bagdad, Londres o Esperanza podrá escapar a la repugnancia de la ambición que mata. Aunque pague para que se elaboren teorías que prueben falazmente lo contrario.