AÑO 18

NUMERO 61629

Novela

Año: 6

Número: 379

LA NOVELA DE MAMÁ JUNIORS. HOY "FESTEJOS". 

La locura triunfalista de los "compañeros" con revuelo de banderas, bombos y cantitos alusivos desbordaba la "guarida" de las tropas de asalto de la señora, saltando, pateando y llorando algunos; con los ojos fuera de las órbitas otros daban rienda suelta al festejo que había coronado a su Majestad la Reina del Trigo y la Calandria como nueva emperadora de la Suiza de las Pampas.

La Primera Dama, sin embargo, no parecía tan alegre, desde su llegada al lugar miraba con ojos no muy amigables a su alrededor y en más de una ocasión ordenó "silencio" a los que gritaban porque "no la dejaban escuchar a los periodistas que la interroban", dijo.

-¡Señora! - exclamó gritando con voz militar uno de sus laderos- ¡Acá está el compañero Húbeli que viene a darle su saludo peronista y a desearle un buen gobierno!

- ¿Y este estaba conmigo o sinmigo? -consultó en voz baja a su asesor e intendente sustituto.

-Este estaba en contra hasta ayer pero a partir de hoy parece que está a favor porque dice que se ha dado cuenta de su error -contestó el señor doctor Gabriel mientras tiraba una serpentina en dirección a los presentes.

Con todo respeto el camarada Húbeli se inclinó ante la primera dama y con un beso en la mejilla izquierda -que la señora le ofreció luego de apartar un mechón de pelo-, el sindicalista, selló su adhesión al nuevo liderazgo de Ana María de los Angeles del Cocco.

Mientras tanto a un gordo del Pro que saltaba como loco, el propietario del local alquilado, llamado de urgencia, le solicitó mesura porque, al parecer, las vidrieras vibraban de una manera no aconsejable con la seguridad del sitio. El gordo, sin embargo, continuó con su exaltación hasta que, producto de la mala suerte, fue a caer con toda su humanidad sobre el pie derecho del candidato a concejal y compañero de ruta, Hugo Becchio, quién debió ser atendido por un enfermero peronista que se encontraba en el lugar.

En un rincón del salón, algunos intelectuales pertencientes a la "crema" del Justicialismo, charlaban animadamente, mientras asomaban sus rostros, con evidente intención de que sean advertidos por la señora alcaldesa. De vez en cuando se acercaban a la señora y diciendo "ganamos" hacían la "V" con los dedos extendidos, hacían sonar una matraca y enseguida retornaban a su lugar.

-¿Y estos, que tienen, qué bicho les picó ahora...? -preguntaba la señora con el seño fruncido haciendo la seña del dos de oro a uno de sus ayudantes, desde un rincón donde se había sentado y se había sacado los zapatos y daba órdenes a los presentes.

-¡Díganle al gordo que deje de saltar! -dijo de pronto tirándole un zapato al representante de Macri.

-Señora, por favor, acaba de acertarle en el lomo al compañero del Pro, piense usted que es un aliado, que lo necesitamos, más ahora que el hombre de "Midachi" salió segundo en la provincia de San Fe. -Dijo un ayudante petiso y bigotudo que sacaba fotos a troche moche.

- ¿Los "Midachi" son aliados nuestros?

- Así es señora.
.
- ¿El compañero Gordo con apellido ruso y Bechio, son de ese palo? -preguntó la señora mientras apartaba un globo con la imágen de Pirola.

- Eso dicen.

- ¿Pero, no es que Macri se ha constituido en enemigo a muerte de la señora Cristina que nosotros apoyamos?

- Correcto, mi reina.

- ¿Y entonces, se puede saber, qué es lo que yo debo hacer, si el susodicho Miguel del Sel, se presenta a reclamar lo que es suyo en nuestra ciudad?

Debemos decir, para ilustración de nuestros lectores, que la conversación que antecede se desarrollaba a los gritos merced a la algarabía producto de los festejos peronistas.

- Señora, nuestro asesor, el doctor Chapatín, para evitar malos entendidos, se encuentra en tren de arreglar con el candidato a gobernador midachi del Pro, que, en caso de llegar de visita a la ciudad y reunirse con usted lo haga caracterizado como la Tota.

Un bombo atronaba cerca de la alcaldesa y el gordo macrista no dejaba de saltar a pesar de que su majestad le arrojara el otro zapato y amagara con romperle una silla en la cabeza. Abrazados, enredados, gritando, haciendo gestos obscenos, los muchachos expusieron su alegría frente a los pacíficos ciudadanos que, a partir de hoy, comenzarán a exigir las viviendas, el desarrollo productivo, la dignidad, la participación, la educación y la cultura prometidas.
 
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