AÑO 18

NUMERO 61629

Sociedad

Año: 1

Número: 2

Una piba de 18 en Rosario

Hoy decidí contar algo de mi vida que quizás  resulte interesante -y espero útil- a alguien, ojo, no es que yo sea el centro del mundo pero a veces me pasan cosas que llaman un poquito la atención...
Para los que no me conocen, les digo que.. soy una persona... se diría, un poco, despistada, distraída, desbolada, después saquen sus conclusiones. Planteo el problema: Qué le podría pasar a alguien de estas características en medio de una ciudad como Rosario?.. Veamos: aunque no lo crean esto trae algunos problemas, que paso a detallar. Ejemplo: los urbanos.
Creo que muchos se sentirán identificados. Bueno, yo tengo 2 (dos) andanzas. La primera es con unos apuntes. Explico de inmediato:
Iba yo hacia la casa de una amiga de Esperanza (obviamente en Rosario) y en tal trabajo no hice nada de otro mundo, me subí a un urbano y esperé llegar a la calle en la cual tenía que bajar. OK, a pesar de que soy despistada reaccioné y bajé, 2 cuadras después, pero bastante bien. Ustedes se preguntarán... Dónde está el problema. Los apuntes!!. Si, los apuntes, a la hora de llegar a la casa de mi amiga me di cuenta que los había olvidado en el urbano (Dios ayudame, plis. Sin los apuntes no existo.).
Fuimos a la calle donde había bajado y comencé a parar todos los urbanos iguales al que me había tomado ("115",  por si alguien lo quiere jugar) le comentaba mi problema al conductor gritando desde abajo. Subía. Revisaba. Nada. Siete, ocho, nueve colectivos. Nada. (Virgencita del Rosario de San Nicolás, ayudame). De pronto, un conductor me da el número del lugar donde guardan los colectivos (ETAR se llama el lugar, bueno, algo es algo). Llamé y nada. Bien, sigamos parando colectivos. No queda otra. Hasta rendirme, hasta la noche. Me rendí. Volví a la casa de mi amiga pensando en las caras que iban  a poner mis viejos al escuchar que había perdido todo... me sentía tan horrible. Aunque la cuando parecía que todo estaba perdido, volvimos a llamar y, bueno... sí, como en esas películas en que todo termina bien, aunque ustedes no lo crean, aunque todos piensen que tengo un tarro (por no decir otra cosa) que no se puede creer, los tipos de la empresa, escuchen: ¡Tenían mis apuntes esperándome, nadie los había robado!
Peripecias de una aldeana, parte II:
La segunda y última es más común. Me subí mal, lo tomé para el otro lado (contrario digamos) como a las 10 de la noche. Imaginate: Rosario, chica sola, noche. Fue un recorrido bastante combinado, pasamos por una especie de campo, callejones de "mamita querida" y lugares donde las calles repodridas, lúgubres, zigzagueantes y tormentosas convertían al urbano en una especie de tren fantasma de una novela de Stephen King. Yo me empezaba a preocupar (Nena qué hacés sola y a esta hora). Empezaba a darme cuenta que me había equivocado. Cuando no quedó nadie en el vehículo me decidí a preguntar.  Nooo, querida -me dijo el tipo-, lo tomaste para el otro lado (chocolate por la noticia). Bueno -dijo heroico-, yo ya termine el recorrido pero -grande, varón argentino- te voy a llevar  por otra calle así te subís a otro que te lleve a tu casa... Pero -dije con un hilo de voz- tengo un billete y para subir necesito tarjeta o monedas. No te preocupes -retrucó Gardelito- buscamos una estación de servicio para que compres una tarjeta y listo. Eso hicimos...
Tomé un recorrido exclusivo. Bajé en la estación y después esperé parada al lado del colectivo (Que no me dejo esperando sola. ¡Cacho de caballero!) hasta que pase el que tenia que tomar, cuando apareció, mientras subía, saludé al colectivero. Él tocó bocina. Te vas al cielo -pensé-. A todo esto llegué a mi casa a las 12. Si, ya sé... que peligro. Pero después de esto, yo me pregunto... Dónde está la mala gente?... No era que en las ciudades grandes nadie te daba bola y todos te robaban? ..Ya sé lo que están pensando Que tuve suerte y les contesto esto:
ESTOY HARTA DE TENER QUE PENSAR QUE ES SUERTE QUE ALGUIEN NO TE ROBE, QUE ALGUIEN NO TE USE, QUE ALGUIEN NO SE MUERA DE RISA POR ATRÁS. PENSAR ASÍ, YA  SABEMOS A QUE NOS LLEVA: A SER DEFINITIVAMENTE DESCONFIADOS, A NO CONFIAR EN NADIE. A PENSAR QUE HAY QUE JODER ANTES DE QUE TE JODAN... PERO RESULTA QUE SI NADIE DEPOSITA CONFIANZA, NADIE LA SIENTE Y SI NADIE LA SIENTE, NADIE SE SIENTE CAPAZ DE NADA... CONVENZÁMONOS QUE ESTO ES ENTRE TODOS. DEJEMOS DE ASUSTARNOS DE LOS DEMÁS. DEPOSITEMOS CONFIANZA. SEAMOS DIGNOS DE CONFIANZA.  RELAJÉMONOS UN POCO. NADIE SE A LEVANTADO HOY PARA MATARNOS. LA GRAN MAYORIA DE LOS ARGENTINOS ES BUENA GENTE. DE QUIÉN NOS ESTAMOS DEFENDIENDO?
 
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