AÑO 18

NUMERO 61629

Opinión

Año: 1

Número: 30

No cualquiera habla de política. E. Ferrero

La política es en ciertos aspectos como la matemática. Dos más dos cuatro. ¿Qué se necesita? Conocer los datos y razonar conociendo las reglas.  No hay lugar para la guitarra en política. No es posible la "lírica" porque la gente a la larga se da cuenta, igual que con los números. En la aritmética es imposible inventar porque los resultados se obtienen a partir de datos concretos. Dos más dos cuatro. Datos correctos, resultado correcto. Una ecuación o un sistema de ecuaciones exige para su resolución datos correctos, si se parte  de datos falsos el resultado es calamitoso, todo se desbarranca. La teoría, el procedimiento, no sirve, los resultados sirven.  En el análisis político hay que partir de información correcta. ¿Fácil? Parece fácil, pero no es tan así. Veamos un ejemplo en la política nacional, supongamos que Menem y Duhalde tienen un arreglo secreto y que para consumo de la gilada hacen la parodia de la pelea entre ellos pero en realidad (supongamos) son socios. ¿Cambia o no cambia todo?  Cambia todo. A partir de ese dato podríamos suponer que Kirchner es solo una pantalla y que el presidente será en realidad Duhalde. O Menem. ¿Por qué no? ¿El análisis parte de datos falsos porque no hay arreglo entre Duhalde y Menem? Puede ser. Si los datos son falsos el resultado es una risa y las especulaciones que podamos llegar a realizar dignas de un circo. Conclusión: El que quiera sacar patente de burro que arranque el análisis con datos falsos. 
¿Y como se hace para saber cuales datos son correctos? Es necesario saber encontrar los datos que sirven para el análisis, de lo contrario se hace un trabajo inútil y hasta tortuoso. Buscar los datos correctos no es  tan fácil como parece, hay tipos que vienen con la chapa de un diario o un micrófono y piensan "yo pregunto y este gil me contesta, el me dice, yo escribo, el tipo me necesita, me respeta y me da lo datos justos". 
-¿No me digas, pibe? ¿Así que vos preguntás y el punto te contesta? (risas).
Con todo respeto, no se trata solo de obtener datos, se trata de saber cuales son los datos que sirven y cuales los que pertenecen al reino de la "bocha cambiada" que le dicen, cosa que no es tan fácil  de determinar, porque para hacer tal clasificación y pasar la zaranda es necesario entre otras cosas, haber practicado la política. Y eso no es todo, porque después viene el asunto geográfico, una cosa es la política de acá, otra la de Santa Fe y otra muy distinta la de Empalme San Carlos. Es así, para entender la política de acá no sirve solo con "ser de acá", es necesario haber practicado la política de acá, ni más ni menos.
Eso es lo mínimo indispensable. Y por supuesto qué es lo mínimo si se pretende  hacer las cosas bien o más o menos bien, si se desea dar valor al análisis y maximizar la posibilidad de un resultado correcto.  Son las herramientas que se necesitan para no hablar "por boca de ganso" (con perdón de los gansos), brindar algún servicio útil y no hacer pensar en falso al que escucha o lee.  Un tipo que escribe o habla por hablar (sin saber, o peor, creyendo saber) se nota a la legua, la gente se ríe de esos tipos y si son universitarios se ríe más todavía, en política no hay mucho respeto por los títulos, en cambio lo pragmático es un valor muy considerado. Se diría que no es muy recomendable hablar de política si no se ha hecho de la práctica política una forma de vida. No hay maestrito ciruela en política. Hacer es la consigna. "Primo vivere e doppo filosofare".
Nadie por más paciente que sea, se banca a un necio haciendo tormentosas galletas filosóficas. Y entonces uno, con la gente, castiga de la peor forma:  "no diciendo nada", deja tocar el tambor, mira desafinar y se calla la boca, descree, sonríe, si saca mano nadie se entera, pero no da bola y eso se nota. Pasa que la gente que sigue el tema político local es gente mayor y hay que saber que un interesante número de esa gente ha participado en política y ha padecido las malas políticas, por lo tanto conoce, mucho, poco, bastante,  pero conoce. Y también conoce a los salames que tocan de oído, que -para colmo- hay unos cuantos en la ciudad. Y lo peor que puede pasar es que te aburra un salame.
 
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