AÑO 18

NUMERO 61629

Opinión

Año: 1

Número: 21

El tema del medio ambiente. En serio. (Edgardo Ferrero)

El medio ambiente es una cosa seria...
(Edgardo Ferrero)
Es indudable que la actividad económica ejerce un fuerte impacto en el medio ambiente y en los intereses de las futuras generaciones. Pero la mayoría de los gobiernos con sus políticas (más en América del Sur) y una cantidad alarmante de empresas, cuando toman decisiones parecen no tener en cuenta los potenciales daños que ocasionarán.  Es necesario reconocer de manera explícita que las generaciones venideras son parte realmente interesada en este asunto, del mismo modo en que lo son los accionistas de una compañía, sus empleados y, por supuesto,  la comunidad en la que actúa.  Pero también, aunque parezca inusual, habría que incorporar al mismo medio ambiente como parte interesada. Por supuesto que es imposible preguntarle al medio ambiente cuál es su opinión, tampoco se puede llamar a las futuras generaciones para que integren un comité consultivo, pero sí es posible que los intereses de las futuras generaciones o del medio ambiente estén representados en las estructuras de decisión, ya sea de las empresas o de la sociedad en su conjunto. Determinadas personas o grupos específicos de la actual generación se pueden hacer cargo de esta tarea.  En nuestra ciudad, la gente parece no terminar de buscar sus representantes y sigue mirando con cansancio una especie de lucha interminable entre grupos ambientalistas y profesionales independientes convocados por el gobierno. 
En cuanto a las empresas locales, la cosa es más pragmática, han sumado a su conducción personal cuya responsabilidad específica es la de analizar el impacto de la actividad que realizan sobre el medio ambiente y lejos de "discursear" optaron por la inversión concreta.
Las generaciones futuras.
¿Cómo sabremos que los que dicen representar los intereses reales de las futuras generaciones tienen ese derecho? ¿Y si en realidad lo tienen, saben a ciencia cierta la magnitud del reclamo que deben realizar? Ignorar semejante realidad significaría imponer un costo al futuro con total impunidad.
Aún cuando la solución debería estar en manos de las actuales generaciones, pensar explícitamente en los intereses de las futuras generaciones y del medio ambiente no es un ejercicio teórico y vacío de contenido. Considerar al medio ambiente como parte interesada podría tener un impacto importante en la relación economía - medio ambiente.  Tradicionalmente, la protección ambiental fue vista como un costo para las empresas y la economía. Un costo necesario, en algunos casos, pero minimizado siempre que sea posible. En los últimos 15 años, sin embargo, el reconocimiento de que proteger el medio ambiente puede mejorar la rentabilidad y competitividad de las empresas y también la creación de empleo, ha crecido significativamente.
Vemos que algunas empresas de nuestra ciudad están dando claras señales de comprender "materialmente" el concepto de "parte interesada" invirtiendo no solo discurso, sino dinero en la protección de la parte que les toca y pertenece. Los ejecutivos saben de las ventajas de los sistemas de "producción limpios" que reducen radicalmente las entradas de materiales y las salidas de desechos derivados de la producción por unidad de valor agregado. El "cambio cultural" que se observa en el estilo de gestión empresaria resultó ser un factor crucial. 
Pero ese es solo uno de los socios de un cuarteto que incluye a la sociedad en su conjunto, a las futuras generaciones y al mismo medio ambiente. ¿Habrá en estos lugares una respuesta que vaya más allá del mero acto declamatorio?
(Continuará)
 
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