Mientras el río impide que se inaugure la temporada en el balneario y  la ciudad se entretiene con uno que otro espectáculo en los barrios, el Intendente y sus colaboradores se alejan cada vez más del descanso estival. Primero, una medida cautelar suspende la ordenanza que impide la venta de alcohol en la ciudad después de las 22 horas (dejando una sensación de gol en contra que da calambre) y por si esto fuera poco, los okupas (y no tanto porque algunos parecen tener derechos) se atrincheran en el viejo edificio de la estación Belgrano y prometen resistir hasta las últimas consecuencias. ¿Pálida? ¿Cosa de todos los días? Sea como sea, es mucho para el verano. Si a eso le agregamos que el Concejal Carrizo (que se considera autor del proyecto de la estación ) está algo molesto por lo que considera una falta de reconocimiento a su trabajo, inteligencia y creatividad, e insiste en no votar (¿Se abstendrá?) ningún proyecto, ya se puede decir "cartón lleno" para este arranque del 2003. ¡Que se puede hacer ante tanta mala suerte!. Justo ahora, en verano y cuando, según las estadísticas, la cosa política debería estar tranquila como agua de tanque, las dificultades nos atropellan y se vienen una tras otra como trompada de loco. Metáfora por metáfora este verano no pinta para la distención. ¿Quién podría irse tranquilo de vacaciones con semejante panorama? Para colmo de los colmos... ¿Qué pasa, che? ¿Nadie se va de vacaciones? ¿Todos se quedaron? Por lo que se ve todo hace pensar que es así, y si no vean a demócratas, peronistas, ambientalistas, jovenzuelos aporronados y cuanto opositor anda suelto tirando (con la gomera o con lo que tiene a mano) desde un lado y  otro, como si estuviéramos en los meses de máxima rabiosa actividad.
Los veranos han cambiado. Hasta no hace mucho todos se borraban, se tildaban, colocaban "pausa" y la seguían a la vuelta. Hasta se daban el lujo de esperar a los adversarios a los que les tocaba la segunda quincena y recién cuando estaban todos juntos, completos, largaban. ¡Qué tiempos aquellos! ¡En cambio hoy, si te vas, ni siquiera se toman el trabajo de serrucharte el piso, te lo afanan completo y listo!. Y sí, como te vas a ir con estos despelotes que no solo te quitan el sueño sino que te quitan votos. Cómo irte tranquilo dejando a unos tipos que te sacan el cuero con cada cliente que aparece a comprar un porrón, en todos los kioscos, en todos los barrios. Como tomarte el buque con el edificio de la estación Belgrano tomado (ojo, que no es de ahora...), justo en este momento en que vendría de maravillas ejecutar de una vez por todas el proyecto (Proyecto Carrizo, ¿Eehh?) en lista de espera.
Los opositores (para colmo), picotean, echan leña al fuego y golpean con prolijo afán tipo "tortura china" sin preocuparse si hacen bien o hacen mal. Es decir, a ver si nos entendemos, sin preocuparse demasiado por nosotros ¿está?. En definitiva parecería que lo único que les preocupa es atrapar los votos que puedan dejar los otros. En fin, es tan obvio el rencor hacia todo lo que haga el Municipio que este loco sistema de acción y reacción  semeja un monótono frontón que no lleva a ninguna parte. (¿O sí llevará a algún destino que no vemos de miopes que somos...?)
¿Qué hace la gente ante semejante zafarrancho? ¿La gente? y, sí, ... la gente no cree ni deja de creer, simplemente descree. Todo va y viene delante de nuestras cálidas narices sin llegar a atrapar nuestro interés. Después de todo con este calor quién quiere pensar, quién quiere analizar, quién quiere seguir escribiendo. Cierto, por tanto termino con lo que dijo mi abuela, que dice, dijo: "Si quieres ser feliz como me dices, no analices, muchacho, no analices...".  Mis respetos a todos. Chau.