AÑO 18

NUMERO 61629

Novela

Año: 5

Número: 270

SIGUE EL NOVELÓN DE "MAMÁ JUNIORS" HOY SE DEVELA EL MISTERIO DE "UNA EVA Y DOS ADANES"

El narrador jura y perjura haber visto y escuchado lo que vio y escuchó en los salones de las grandes trifulcas sito en el gran Municipio Blanco durante el reinado de su graciosísima majestad a quién sus súbditos llaman "Mamá Juniors", que como todos saben reina y gobierna como jefa absoluta de todo destino esperanto. Ahí mismo –dijo el que te dije- sucedió lo que sucedió, escuchemos. 

- ¡Señores, - dijo la Pachamama a sus cortesanos- ya estamos cerca del segundo aniversario de nuestro excelso gobierno y acá estamos, como Eva en el día de la madre, con la yerba suelta, sin bombilla y el pescado sin vender!

Todos aplaudieron y hasta se excedieron con las aclamaciones y vivas a las recias palabras de Mamá Juniors, más, "La Reina del Salado", la Tita Merello del siglo XXI, no pareció complacerse con la ovación generalizada, por el contrario, se la vio fruncir el entrecejo y la nariz como si tuviera muchos puntos para el envido o porque el viento húmedo del norte traía hasta los hocicos los efluvios de gallinero en que se había convertido la Plaza Mayor. 

-¡Señora, si esta ciudad, en lugar de ser la ciudad que es, fuese la capital de la República, usted sería la Evita Pachamama! – dijo un morocho que la va de secretario de gobierno mostrando una sonrisa pareja y más blanca que la de una propaganda de dentífrico. 

Oído el piropo la Reina se levantó del trono como si tuviera una brasa caliente en la retaguardia y encaró hacia los ventanales buscando los balcones donde realizó ampulosos ademanes en dirección a una multitud inexistente. "Está practicando para la renuncia" dijo un empleado de obras públicas sacando del bolsillo una cáscara de banana que decía "Limpes". Enseguida la alcaldesa dio media vuelta, miró a todos los presentes con cara de guerra y pidió la corona de laureles. "Traigan la corona de laureles", dijo. 

- ¡Ustedes saben muy bien que me revienta que me chupen la media! – gritó con la corona en la cabeza- ¡Cosa que me saca de las casillas es me anden adulando constantemente! ¡Y usted principalmente negro atorrante! 

- saltó de repente la gran dama señalando al morocho secretario de gobierno que miró para todos lados como diciendo "¿quién yo?" - ¡Usted señor que se hace el mosca muerta y bien pícaro que había resultado! 

Mientras decía esto la señora hizo un bollo con la foto del Diputado Fascendini y se la tiró al funcionario con llamativa violencia. "Parece que se trata de un problema de polleras" – Susurró la secretaria de cultura en el oído del Intendente de Facto, señor Chapatín. 

- ¡No tengo suficientes problemas con los yuyos, las ramas y las hojas que ahora me tengo que andar ocupando de entreveros amorosos entre los miembros de mi gabinete! ¿Qué pasa señores –dijo mirando a los hombres presentes con lágrimas en los ojos -, qué pasa, todos quieren entrar en la familia? ¿Puedo acaso andar cambiando de yerno a cada rato? 

- Señora, yo... – empezó a decir el morocho secretario arrimando un pañuelo a su jefa. 

- ¡Usted se calla, señor! ¡Negrito compadrón! ¡No tiene vergüenza venir a interponerse en un romance de años, qué va a decir la oposición cuando lo sepa...! 

- Señora... – se animó el secretario.

- Señora nada, usted ha traicionado mi confianza, señor Anza, disculpando la rima. –dijo la primera dama que ya se había sacado los zapatos. ¡Tráigame las ojotas, doctor Chapatín!

El doctor Chapatín en un abrir y cerrar de ojos cayó de rodillas besando los pies de Mamá Juniors al tiempo que le colocaba las ojotas. 

- ¡A sus pies señora! – recitó servil el abogado. 

- ¡Levántese, no me chupe la media, por favor, no sea falso, somos grandes doctor Chapatín...!

- ¡En que puedo servirla Esplendencia! 

- ¿Sabe donde se encuentra mi ex yerno el señor San Peso? 

- Llorando un desengaño señora. 

- ¿No lo podremos enganchar con la secretaria de cultura? – preguntó en voz bajísima la señora. 

- El señor San Peso es un hombre de gustos refinados, señora. 

- ¿Qué quiere decir con eso, doctor Chapatín? 

 

El abogado y apoderado general no contestó esta vez, solo se remitió a hacer la seña del "mate y venga" en dirección a la dama a cargo de cultura y deportes. 

- ¿Cuánto de viáticos cree que pedirá San Peso por el trabajo? 

- Mucho, señora. 

Eso fue lo último que se escuchó en el Salón de las grandes decisiones. Los testigos dijeron que la Reina de la Pampa se hizo perdiz a paso de murga haciendo repiquetear las ojotas y maldiciendo entre dientes a todos los triángulos amorosos del mundo libre, occidental y cristiano. "Lo único que nos falta en este gabinete es un matrimonio gay para estar completos" dicen que dijo antes de perderse por las escaleras.
 
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