AÑO 18

NUMERO 61629

Novela

Año: 5

Número: 268

LA NOVELA DE MAMA JUNIORS. ¡CAPITULO ESTRENO INTIMIDADES Y DOLORES DEL RÉGIMEN MEINERS. EL GOBIERNO DE FACTO EN CAMISETA!

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Era una mañana luminosa y el sol de otoño entraba por los ventanales del gran palacio blanco. La señora Intendenta Mamá Juniors, ocupadísima, sorprendida poniendo talco a sus zapatos, retozaba en el sillón de rulo Bruera mientras su asesor y monje negro Gabriel Chapatín analizaba la agenda con los tejemanejes del día. 

- Señora, dado que hoy en día los Concejales han clavado las guampas y aprobado la adjudicación de fondos frescos a nuestro Municipio, preguntan los súbditos Sirio Libaneses si podrían contar con alguna colaboración de vuestra merced para hacer frente a los múltiples gastos que les originara la reciente Feria de las Colectividades. 

La gran alcaldesa dejó sobre la mesa la talquera y mientras probaba un lápiz labial rojo sangre sobre la ordenanza de declaración de independencia del Concejo, habló haciendo la seña del dos de oro con los labios.

- ¡Estos turcos son insaciables, che! El otro día le dimos ½ kilo de molida para los kepes y ya se enviciaron. No están nunca conformes. ¿Qué se quieren comprar ahora, un camello?

- Señora –dijo el monje negro haciendo una caída de ojos- debo decirle que no son los únicos, también nos ha llegado un pedido de la Sociedad Española y de los esperancinos con ancestros en Luxemburgo. 

- ¡Luxemburgo! –gritó la gran dama resollando sobre el talco- ¿Quién es de Luxemburgo? Seguro que a estos tipos me los mandó Fascendini. ¿Hasta cuando vamos a repartir plata? ¡Llamen de inmediato al Secretario de Hacienda!

La orden de la alcaldesa quedó flotando en el aire mientras los presentes asesores, edecanes y mantenidos se miraban entre sí con una evidente mueca de desconcierto. 

- ¿Quién es el Secretario de Hacienda? – preguntó uno de los ayudantes con voz temblorosa.

- Es cierto –dijo sorpresivamente Mamá Juniors- ¿Quién es el Secretario de Hacienda? ¡Doctor Chapatín! ¡Informe de inmediato si es que tenemos Secretario de Hacienda!

El interrogado frunció la nariz como si tuviera puntos para el truco y adelantándose hacia el trono dijo bajando la voz. 

- Por supuesto, señora que tenemos Secretario de Hacienda, lo que pasa es que es un hombre con perfil bajo. 

- ¿Es tímido? – preguntó la Intendenta siguiendo la corriente de Chapatín.

- Es un hombre que viene del campo, señora, es bastante vergonzoso...

- ¡Llámelo igual! –gritó la "mandamasa" rompiendo la intimidad de la charla. 

Unos minutos después las trompetas anunciaban al Secretario de Hacienda quién entró al salón de los grandes hurgueteos con el rostro prolijamente oculto tras una careta del ex ministro de economía Martinez de Hoz. 

- ¡Cruz diablo! –dijo la señora ni bien lo vio entrar a paso de murga- ¡No me diga que este es el Secretario de Hacienda!

- Tiene una careta, señora. –aclaró Chapatín.

- ¡Que se la saque de inmediato! –ordenó la primera dama algo espantada por la mascarita. 

El doctor Chapatín se acercó a su recomendado con la intención de transmitirle el deseo de la Intendenta pero luego de unos segundos retornó sobre sus pasos. 

- Señora, el secretario pide permiso para dejarse la careta, porque tiene vergüenza. 

- ¿Vergüenza de qué, si se puede saber? – saltó Mamá Juniors algo irritada por la situación.

- Le da vergüenza integrar este gobierno, señora, dice que cuando vuelve a su pueblo, lo cargan...

- ¿Y es cierto? 

- Hay muchos turcos en ese pueblo. 

- ¡Bueno, está bien! ¡Mándelo de inmediato a comprar ½ kilo de carne picada para los sirio libaneses y que proceda a entregarlo a las instituciones él en persona... 

- ¿Y a los gallegos? ¿Qué le damos a los gallegos?

- A los gallegos entréguele el Mandubé que tenemos en el freezer, el que pescó Schmith en el canal de Alem. 

 

En el corto tiempo que lleva trasladarse desde el despacho de la señora hasta la cocina del palacio, uno de los edecanes se presentó ante la gran califa portando en una mano ½ kilo de carne picada y en la otra un pescado duro y seco como pastel de polaco. 

- Pregunta el petiso Dos Santos si la señora va a dar lectura a un comunicado aprovechando la ocasión –dijo el ayudante clavando rodilla en tierra frente a su jefa. 

- Dígale al petiso que los comunicados serán introducidos dentro de las donaciones, o sea, el original mezclado con la molida y una copia dentro del pescado. El ciudadano que lo encuentre en el interior de un kepe o entreverado con el arroz de la paella valenciana se hará acreedor a un vale para retirar una escoba y una pala ancha especiales para recolectar las hojas. 

Eso fue lo último que dijo la Reina del Salado antes de llamarse a silencio y concentrarse en un forúnculo que se mostraba desafiante sobre su mejilla derecha. Mientras el Secretario de Hacienda se retiraba del salón acomodándose la careta, la mañana se extinguía sin pena ni gloria sobre la plaza principal de la Suiza de las Pampas.
 
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