La distraída señora que se había llevado la bolsa del cajero de Banco Nación, arruinandole el día al tesorero, fue finalmente identificada. La dama, ansiosa, parece que no resistió la tentación que representaba una reluciente motocicleta y se presentó a comprarla al contado. La astuta policía, que suponía de quién se trataba, aprovechó para detenerla no sin antes preguntarle de donde había sacado la guita. 

Creo que el dinero (que en definitiva es lo único que importa) fue recuperado en casi 3/4 partes. O sea, sesenta mil, menos comisiones de la devolución. El faltante será oblado por el tesorero como castigo a su distracción. 

La mujer, de unos treinta y pico, se cree no tendrá demasiados inconvenientes con la justicia, ya que el delito (si existe) es menor, se trata de "no devolución de una cosa abandonada". No hay pena. Tampoco hubiese sido problema para la señora si se quedaba con todo el toco. Seguro ella no lo sabía. Ahora lo sabe y es posible que esté lamentándose por haber sido tan idiota (con todo respeto) o tan desinformada.