Es evidente que uno de los "pollos" peronistas para las internas que se vienen es Martín Carrizo. El histórico concejal está trabajando con prolijidad para retener su banca en el recinto que abre sus puertas en la calle Lehmann. Por supuesto que nadie dice que los sueños de Carrizo se van a cumplir al galope y sin castigar el caballo porque se sabe que el hombre tiene sus enemigos (sería un milagro que no los tuviera) dentro y fuera de su partido.

La personalidad "contestataria" de Carrizo sumada a la llegada de personajes poco menos que "extraños" al justicialismo que, últimamente, parecen tomar las decisiones con el aval de Meiners y Andreoli han obligado al "mataquismo residual" (según una feliz expresión del Secretario de Cultura) ha conformar su propia lista. Los que vienen poniendo el grito en el cielo son los que dicen ser "seguidores del abogado Albarracín", acusando al Concejal Carrizo de negarse a una renovación del partido y, muchas veces, sacándole los trapitos al sol, acusándolo de todo tipo de delitos y vaticinándole una humillante derrota por obra y gracia del pollo (o gallo) del abogado que es, precisamente, otro abogado de apellido Bergallo.
Otra de las delicias de la interna peronista tiene que ver con la realidad pura y sencilla de que al gobierno de la señora Meiners no le va muy bien.

Cada diez esperancinos a los cuales uno le pregunta, ocho afirman que no la volverían a votar ni locos que estuvieran. Eso a ojo de buen cubero significa que todo aspirante a la banca vacía debe despegarse con urgencia de la Alcaldesa, negarla, decir que no la conoce y en lo posible quemar todas las fotos que tenga en la mesita de luz. Tales menesteres son de imposible realización para Albarracín y sus muñecos, por la sencilla razón que estuvieron de novio con la señora desde que asumió, a tal punto que muchas veces hasta parecería que la reemplazan en las decisiones. ¿Por qué lo hicieron? Bueno, es el estilo del equipo Albarracín que da prioridad por sobre la política a la cercanía con la administración, usted sabe, papeles, chequeras, cargos y si hay efectivo cerca, mejor. Por el contrario todo lo que representa el discurso de Carrizo, historia peronista, la doctrina social, estructura, movimiento, soberanía, independencia económica, las veinte verdades, la mística y otras minucias, son absolutamente descartables para el asesor estrella del Municipio.

Carrizo es un obstáculo para la famosa lista de unidad que necesita e impulsa Albarracín (¿necesaria para sostener lo que se está cayendo?), este es uno de los temas interesantes que nos propone la política local, que vale la pena seguir. Con respecto a la lista de unidad Carrizo dijo algo bastante interesante: "Una cosa es unir y otra cosa es amontonar...". Habrá internas seguro en el peronismo local.