Si usted sabe donde queda la segunda línea comuníquese con urgencia con el Secretario de Servicios Públicos Raúl Cueva que, según los dichos de los operadores políticos Meiners, es el lugar donde va a ir a parar en los próximos días el muñeco que llegara al "gabinete" de la mano de Albarracín (y con 100.000 a cobrar).

No es novedad para nadie que hubo un chisporroteo entre la alcaldesa y el militante de Puelches. La señora le exige que cambie los focos de las calles y que los pague de su bolsillo. Cansada de las quejas constantes del susodicho, Mamá juniors, le habría dicho que "si no le gusta como se hacen las cosas que se vuelva al cementerio". Es posible que la famosa "segunda línea" esté cerca del cementerio.

La realidad es que Cueva estuvo ausente en el Concejo en oportunidad del "lucido" discurso de su jefa, todos vieron la silla vacía y todos pensaron que el compañero o estaba resfriado o le habían dado el raje. Grande fue la sorpresa cuando, propios y extraños, se enteraron que, efectivamente, lo rajaron a la segunda línea. Ya van tres mentes brillantes que desaparecieron del equipo de la noche a la mañana, primero el sufrido secretario de promoción social de apellido difícil, después el jefe de personal y ahora Raúl Cueva. ¿Se estará descascarando el clan? 

No se sabe. Lo que sí se sabe es que Meiners no va a terminar el partido con los once jugadores. Todo hace pensar que si apenas con el 25% del juego ya le echaron 3 muñecos, si sigue así el año que viene va a tener que recurrir a la reserva moral del Justicialismo. Mientras tanto, conscientes de esta realidad, los compañeros se están reuniendo día y noche para sugerir un secretario reemplazante. ¿Quién está sonando para servicios públicos en reemplazo de Cueva? Suena fuerte Potolichio en los corrillos del centro. Otros aseguran que Miquere es número puesto. También suena un ex supermercadista y no hay que descartar el ofreciento a Carrizo a cambio que se baje de la candidatura.

Son especulaciones pero todos estos nombres (muy respetados) pertenecen a la reserva ética de la militancia política esperancina y serían tal vez la garantía de la eficiencia, el espíritu de sacrificio y el trabajo desinteresado que estamos esperando.