"Con el asunto del Parque Industrial pasará lo mismo que con la famosa "defensa Oeste" que cuando estaba todo para hacerla, la Intendenta hizo lugar a un capricho del Señor Schmidth su Secretario de Obras Públicas, y habiendo tenido el pescado en la bolsa, con plata, presupuesto y todos los chiches que llegaban de la Provincia nos quedamos sin nada." Eso dijo un respetado dirigente empresarial mientras dejaba entrever el desatino que significa la presencia de dos proyectos de Parques Industriales: UNO que tiene todo pero no querido por la Intendenta, y OTRO que cuenta con los favores de la Señora, carece de un requisito infranqueable, no tiene terreno, o sea, no tiene nada. "Ante este planteo propio de un Jardín de Infantes -sigue nuestro empresario- el Ministro, previo asegurarse que no le están tomando el pelo, no puede hacer otra cosa que desestimar los dos proyectos". Otra vez nos quedaremos sin nada.

El Municipio con su funcionario Mauricio Caussi (que estaba en la luna) se despertaron cuando apareció el Grupo Setiembre con su proyecto cocinado, resolviendo un problema que tuvieron por años todos los gobiernos que manejaron los destinos de la ciudad, la falta de un lugar donde establecer el Parque Industrial. Ahora, Caussi y la Comisión conformada precisamente para trabajar en el asunto se apuran queriendo solucionar el entripado del lugar. Cuando se le pregunta a los responsables donde se establecerá geográficamente el Parque Industrial Oficial, contestan con imprecisiones o simplemente "en el Sur", en el sur puede ser en la Antártida, lo que pasa es que NO TIENEN UN LUGAR porque para, tan siquiera nombrar un sitio preciso, deberían contar por lo menos con un documento que manifieste la intención de los propietarios de ceder el terreno para esos fines. Y no hay propietario que comprometa por un tiempo prolongado una propiedad (menos con funcionarios que no sirven para garantía) con el riesgo que después no le guste a alguno y no se haga nada.

En resumen un proyecto perdido por la fidelidad de la Intendenta a un estilo de gobierno que parece preferir no hacer nada antes que cederle la iniciativa a un tercero. El pretexto de que el Camino 12 era más adecuado para hacer la Defensa Oeste (despilfarrando una oportunidad única para la ciudad) es de película y ahora, el capricho de no avalar un proyecto privado, de riesgo, terminado, con todo solucionado, por el solo hecho de tratar de disimular la ineficacia de uno de sus funcionarios, es ya el punto más alto del masoquismo político. La Señora evita la crítica de sus amigos (léase Señor Schmith, Defensa Oeste y Mauricio Caussi, Parques Industriales) y se liga los insultos de los interesados y el descrédito ante los funcionarios (Ministro de la Producción) que no pueden creer que insista con los desperdicios. Una cosa de locos.