AÑO 18

NUMERO 61629

Novela

Año: 4

Número: 182

¡NUEVO CAPITULO DE LA NOVELA! ¡SIGUE EL CULEBRÓN! HOY: "La vida por Grenón"

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Por: Edgardo Ferrero
(edgardoferrero47@gmail.com)

Aclaración: Para evitar malentendidos, el narrador aclara, que los personajes de estas historias son absolutamente ficticios, falsos, inventados, producto de la fantasía, pura literatura. También es necesario aclarar que todo lo que se cuenta aquí es "bruto delirio de la fiaca creadora". En caso de producirse alguna similitud con cualquier hecho real debe adjudicarse a simple casualidad, magia de la literatura ¿vio?. (E. F)
 
Imagínese usted, distinguido y caro lector, esta cinematográfica escena en la oficina del Presidente del Honorable Concejo Municipal. El tribuno mayor, el hombre fuerte de la casa parlamentaria, en actitud pensativa. Más allá un cesto con una respetable cantidad de pelotillas de papel (algunas adentro) donde el impertérrito edil de la Suiza de las Pampas ha dado rienda suelta a su único vicio conocido: el tiro al aro. Sobre la mesa de roble, el Reglamento del cuerpo, que el circunspecto Concejal está observando con cierto desdén, mientras emite exóticos sonidos guturales de distintos tonos y variado volumen.
- "¡Grenón, Grenón, qué grande sos
Grenón, Grenón, gran conductor
Sos el primer trabajador...! "
De pronto, en el refugio inmaculado que el Presidente del Honorable Concejo ocupa en el edificio de la calle Lehmann, se escuchan unos discretos golpecitos: "toc, toc, toc"; ¿Quién toca a la puerta? ¿Quién osa molestar las cavilaciones del primer parlamentario? Eso se preguntaba Andrés el magnífico, Su Esplendencia, el nuevo Cicerón del Salado, mientras miraba hacia la puerta. Otra vez "¡toc! ¡toc! ¡toc!" y enseguida, (¡Oh sorpresa!) la entrada de la rubia señora y flamamte alcaldesa, Ana María de los Angeles Mamajuniors, Reina Madre, Pachamama (y la yapa) de la ciudad de Esperanza, Provincia de Santa Fe, República Argentina.
- Con su permiso señor Presidente... –dijo la dama asomando la cabeza y mirando a un lado y otro para ver si todo estaba en orden.
-¡Querida Correligionaria! ¡Dichosos los ojos que la ven! ¡Adelante!–dijo "El magnífico" mientras trataba de hacer un triple en el cesto, con un proyecto de su amigo, colega y concejal Martín del Niño Jesús Carrizo.
- Oiga ... ¿Usted me llamaba...? – preguntó de pronto la señora.
- No. ¿Por qué habría de llamarla? –respondió el Presidente Andrés tirando otro tiro al aro pero ahora con un proyecto firmado por la mielera Ana Copes.
- Me pareció escuchar "la marchita". –dijo la señora algo inquieta.
- ¡Ah, no, gran señora Mamajuniors, imposible, qué graciosa es usted, solo estaba haciendo unos ejercicios de vocalización que me indicó la soprano Fortachini!
- ¿Ejercicios de vocalización? ¿Y para qué necesitaría usted ejercicios de vocalización, si se puede saber? –Preguntó la rubia-
- Señora, le voy a hacer una confesión -dijo el Señor y edil Andrés Grenón dirigiéndose a Mamajuniors con un tono más íntimo- Mire Ana, querida Mamajuniors, de compañero a compañera, usted sabe que empiezan las sesiones ordinarias y que a mí me toca hablar a cada rato, para colmo, está el Concejal Andreoli que me hostiga porque se quedó con la sangre en el ojo ya que piensa que le correspondía a él ser Presidente... ¡Además está la televisión! ¡Ay como me pone nervioso la televisión! ¡Dos canales que trasmiten lo mismo, imagínese, lo que se le escapa a uno lo agarra el otro! ¡Compañera Ana, tengo miedo de tartamudear, de abatatarme... que se yo, tengo miedo de hablar como si tuviera una papa en la boca!!
Dicha la última palabra, Andrés el Magnífico, procedió a hacerse una gárgara con un preparado a base de jengibre y acto seguido fabricó un bollo con el Reglamento del Concejo y lo encestó en el receptáculo a tal efecto.
-¡Doble! ¡Doble! –gritó mientras abrazaba a Mamá Juniors- ¡Doble! ¡Ganamos en el último segundo, señora! ¡Las Aguilas radichetas le ganan por un simple al Club Atlético Peroncho!
- ¡Suelte che, no sea infantil! –dijo la señora Intendenta sacándose de encima al otro-
- Disculpe, señora, tiene razón, me excedí un poco con el festejo, lo que pasa es que esto se hace tan aburrido que a veces que algo hay que hacer...
- Por qué no prueba estudiar el Reglamento...
- ¡Me cuesta, señora, Dios sabe cómo me cuesta! ¡Pensar que Martín del Niño Jesús lo sabía de memoria! ¡Por qué no dejamos que asumiera él, por qué fuimos tan egoístas! –dijo el Capo del Concejo Municipal levantando los brazos al cielo.
- Oiga, Compañero Presidente, por un casual ... –dijo Mamajuniors mirando al Joven edil como la abuelita de Caperucita Roja- Usted, que anda, dale que te dale, meta ejercicio de vocalización, tomando clases con una soprano, diciendo por ahí que está por abrir el Concejo al pueblo, preocupado por la tele... ¿Ya sabe lo que va a decir en la primera sesión ordinaria o está más preocupado por cuidar que no le quede la bragueta abierta? (¡Qué pregunta loco!)
Más vale que se hizo una pausa. Luego Andresito, su Esplendencia, "il primo edile de la citá", Cicerone, el conductor del parlamento ciudadano, el pivot del Concejo, dio unos pasos por el bunker en medio de un silencio de película, después levantó los ojos al cielo como diciendo: "mirá lo que pregunta esta loca", ahí nomás miró fijamente a su interlocutora y de inmediato dijo, asegurándose que tenía la bragueta perfectamente en orden:
-¡Por supuesto compañera, cómo no voy a saber lo que tengo que decir! ¡Voy a decir que estas puertas se abrirán para que el pueblo de la Suiza de las Pampas venga a quejarse de todo lo que Usted y sus amigos no hacen por ellos...! ¡Voy a recibir todos los días los reclamos por las calles no regadas, por la basura no juntada, por los perros hambrientos y por las cagadas de los pájaros, enjugaré las lágrimas de los pobres una por una...! ¡Qué lindo, compañera Ana, qué lindo y que reconfortante, por fin podré dar rienda suelta a mi vocación de servicio!
- No me diga que a usted le gusta todo eso... – lo cortó de pronto la Alcaldesa con cierto desdén mientras se sonaba la nariz con un pañuelito blanco.
- ¿Todo eso? ¿Qué cosa es "todo eso" que usted dice que me gusta...? - rugió el Presidente del Concejo mientras tiraba el saco y se abría la camisa.
- Eso de recibir las quejas, secar las lágrimas, juntar los perros y escuchar como grita el pueblo por la tierra y la basura...
- ¡Claro que me gusta! ¡Ha sido mi lucha de toda la vida! – Retrucó con el puño en alto "El magnífico" parándose sobre el escritorio.
- Entonces, lamento decirle querido Andrés que usted... ¡Es peronista!
 
Cuando la señora alcaldesa terminó de decir lo que dijo entraron al despacho a paso de murga, una ruidosa tropa de descamisados, quienes, conducidos por el asesor mayor de la primera dama al que llaman Doctor Gabriel Chapatín, portando bombos y pancartas, algunas con la leyenda "Grenón conducción", "Grenón presente" y "Grenón vuelve" entonaron las estrofas del himno popular peronauta teniendo especial cuidado de incluir al camarada Andrés dentro de la letra.
"Los muchachos grenonistas...
todos unidos triunfaremos
y como siempre daremos
un grito de corazón: ¡Grenón, Grenón!"
 
Mas tarde, finalizado el curioso suceso, en la soledad de su despacho y mientras arreglaba como podía su ropa, su camisa arrugada y juntaba alguno de los papeles que volaron desparramados, el Presidente del Concejo, "il primo capo de la banca", contestó a los guardias municipales que le preguntaron que había pasado:
 
- No era nada –dijo jadeante y sin saco mientras abría los ventanales que dan sobre la calle Lehmann. La mañana se presentaba calurosa, algunas nubes prometían lluvia. Andrés, el edil mayor, observó entonces con una sonrisa que algunos transeúntes se habían detenido frente a una pared amarilla, en la que se leía, en letras negras y enormes escritas con aerosol, una generosa consigna que decía: "La vida por Grenón".
 
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