AÑO 18

NUMERO 61629

Política

Año: 3

Número: 170

El señor Santa Cruz: ¿un buen hombre arrojado al ácido? (¿Y si llaman a concurso...?)

El éxodo de los funcionarios Meiners que se vio agravado en la segunda mitad del primer año de gobierno (para llamarlo de alguna forma) provocá la llegada de nuevos mártires, entre quienes contamos a la señora Alina Salera que irrumpió en promoción social y ahora del "señor Santa Cruz" a la oficina de personal del Municipio.

El orígen de los nombramientos no representa misterio alguno para nadie. Dejemos en claro que los posibles candidatos a ocupar cargos no se chocan en la puerta del Palacio Blanco y esa es una de las razones por las cuales tienen que ser convencidos por amigos o parientes para que "presten un servicio" a la comunidad.

El que llega, no obstante, es una especie de condenado a muerte, porque al no ser nombrado por concurso, tendrá que soportar la inacción, el trabajo "a reglamento" y el retaceo de información de los empleados con antigüedad que esperaban (y seguirán esperando) ansiosos un ascenso. Pero el peronismo se empeña en tumbar la chata y así va incinerando uno a uno a los únicos hombres y mujeres digeribles a los que puede echar mano. Triste retiro para un hombre bueno. 

El "señor Santa Cruz" poseedor de frondosos antecedentes en las oficinas de Recursos Humanos de importantes empresas que no viene al caso nombrar fue acercado al microclima de la señora alcaldesa por un hijo político (en todo sentido). El Señor Santa Cruz es un hombre bueno, jubilado y suegro de un flamante (y rápido) integrante de la básica de la calle Crespo comandada por Andreoli que, viendo el agujero en la barrera, metió el gol (o metió el suegro si usted quiere).

Será interesante en el futuro observar el desempeño del "señor Santa Cruz" en la oficina de personal de la Municipalidad. Habiendo pasado por tantos lugares donde se trabaja con orden y dirección, uno se imagina las canas verdes que pueden aparecer en la testa de un recién llegado que cuenta con ese tipo de experiencia.

Mención aparte para el espíritu de sacrificio de todos aquellos que integran las autoridades del peronismo local, quienes favorecidos por la información y (muchas veces) por la facilidad de llegada a los círculos de decisión son los primeros en ofrecerse para colaborar por unas pocas monedas (supongo) y hasta se prestan a convencer a sus familiares para que ayuden a apuntalar el camino sembrado de éxitos del gobierno del pueblo. Sigan así que el General Perón desde el cielo se los va a agradecer.
 
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