Los Concejales radicales se quejan porque el régimen Meiners discrimina. "Y no solo discrimina a los radicales -dicen- sino a todo bicho que camina, independiente, ortodoxo, fascista o marxista leninista". Eso es grave. Muy grave, porque que discriminen a los radicales vaya y pase, porque son molestos, están en las oficinas donde se cocina la estrategia y después van y le cuentan todo a Fascendini, eso enoja mucho a la señora alcaldesa. Pero que manden al cementerio a cualquier hijo de vecino porque no le gusta la cara o porque es "negro" no tiene explicación compañero...

Las quejas radicales han sido respondidas por el vocero oficial del régimen diciendo que "nadie discrimina y nadie va a discriminar de ahora en más porque esa asquerosa práctica fue un invento de Fascendini y hoy por hoy ha sido desterrada" (¡chupate esa mandarina!)

No es lindo que a uno que estaba cómodo en una oficina lo manden a limpiar la caca de las palomas. Tampoco es lindo que a un empleado que se mandó una carrera de 20 años en un lugar equis, de la noche a la mañana lo manden a un rincón y no le pasen ni la hora.

Tampoco es bueno que un gobierno con un año de antigüedad insista en estrellarse una y otra vez. A decir verdad los casos como los que mencionamos más arriba se multiplican, tal vez no sean casos de discriminación, pero muestran la propensión que tiene la Intendenta por descalabrar todo. Dice un viejo adagio que "lo que funciona no hay que tocarlo" y menos hay que tocarlo si el reemplazo es peor... La gestión Meiners no puede salir a la calle porque se entretiene fabricando un infierno dentro de la Municipalidad.