Por: Edgardo Ferrero

Aclaración: El que lee debe saber que esto es un dramón por entregas. Por lo tanto para evitar malentendidos, el narrador aclara, que los personajes de estas historias son absolutamente ficticios, falsos, inventados, producto de la fantasía, pura literatura. Y por si esto fuera poco, el que escribe cumple en aclarar que todo lo que aquí se cuenta es " bruto delirio de la fiaca creadora" que responde casi seguro a un quiebre en la inestable personalidad del autor. Por eso mismo, en caso de producirse alguna similitud con cualquier hecho real, el lector debe atribuirlo derecho viejo a simple casualidad, magia de la literatura, ¿vio?. . . (E. F)

ENTREGA 2

La señora de todas las señoras, la dama blanca, la alcaldesa Mamá Juniors, se encontraba en los balcones de la Muniblanca hinchando los pulmones en violento desperezo cuando vino a entrar el austero Secretario de Hacienda al que llaman "Titín el triste", quién, humilde en su humildad y temeroso en su temor se acomodó tímidamente a espaldas de la grandiosa Pachamama como si estuviera esperando el NECE o tal vez, en su obsecuencia, la expresión de algún deseo de la jefa máxima.
- ¿Por qué será que ayer crucé el sendero que une el monumento con el Banco Provincia y no me cagó una sola paloma? – gritó de pronto la señora- ¿Es que acaso esos bichos hacen sus necesidades todos al mismo tiempo y cuando nadie los ve? - La primerísima dama giró señalando con el dedo a "Titín"- ¡Qué me dice tesorero, las malditas aves se empeñan en hacerme la guerra, al igual que todos en esta comarca!
- Señora, las avecillas son solo animalitos de Dios... todo lo que hacen lo hacen por instinto, sin intención alguna, son bestias brutas sin inteligencia racional ...
- ¿Y por qué cagan todo en el mismo lugar y cuando nadie las ve?
- No hay evidencia de que sea así...
-¡Cómo que no hay evidencia! ¡Usted pudo acaso sorprender a una paloma cagando in fraganti! ¡Noooo!
¡Nadie las vió! ¡Y entonces como es que los caminos de la gran Plaza San Martín están blancos y olorosos como jaula de loro, caca sobre caca y caca, respóndame!
- Señora, no sé que decirle. Es evidente que en algún momento del día las aves vacían sus pequeños intestinos. También es cierto que lo hacen con rigurosa regularidad, pero de ahí a que lo hagan con la intención de molestarla a usted...

La señora Mamá Juniors, reina absoluta de esta ilustre ciudad de Pedroni, caminaba de un lado a otro, con el rodete torcido y revoleando un paquete de alimento balanceado para perros marca "Ulises" .
- ¡Éramos pocos y parió la abuela! ¡No podemos conformar a la gente y ahora se nos encocoran los animales! ¡Alguien puede creer una cosa así! ¿Dónde se ha visto un gobierno acorralado por los perros y los pájaros? ¡Y todo por culpa suya señor Titín! ¿Usted me quiere volver loca?– gritó arrojando el paquete de balanceado al tesorero- ¡Agarre esta porquería que ni los perros lo quieren!
- ¿Por qué dice ahora que yo tengo la culpa esplendencia? –preguntó el otro haciendo puchero-
- ¡Porque usted no quiere largar un mango! ¡Usted quiere que nos ahoguemos en mierda de paloma!

En ese incómodo y dramático momento se abrieron las enormes puertas de los salones dando paso a un trío de bomberos con hacha, casco, manguera y sogas cruzadas quienes al grito de "¡Parte urgente para la señora Mamá Juniors!" saltaron con gran estruendo ante las propias barbas del poder cuadrándose frente a la misma titular de los destinos de la Suiza de Las Pampas al grito de "¡ATENCION!" "¡ATENCION!" "¡FIRR...MES!", con ruido de metales y voces de gran volumen que profería un bombero petizón, de ojos saltones y bigotes manubrio.
-¡Silencio! ¡Basta usted bigotudo! ¡Cállense la boca! –gritó la reina del Salado- ¡A que se debe semejante alboroto! ¿Quiénes son ustedes para faltarme el respeto? ¿Acaso la reencarnación del Diablo?
- Señora, somos los bomberos voluntarios que venimos en misión urgente. –dijo el petizo-
- Diga, señor bombero.
- El hecho que vengo a comunicarle es grave.
- Desembuche.
- Está bien – El de bigotes manubrio miró a ambos lados y levantó el hachita – Las palomas, señora...
- ¿Qué pasa ahora con las palomas...?
- Cagaron por completo al Ministro de Agricultura que vino para la fiesta...
- ¡Oh, Dios mío! ¿En serio? ¡Tráiganlo de inmediato, cómprenle un traje, lávenlo...!
- Eso intentamos hacer señora pero nos fue imposible despegarlo del banco donde estaba sentado...
- ¿Dónde está?
- Frente al Banco Nación, los pájaros cagaron todos al mismo tiempo y ....
- Tráiganlo con banco y todo.

Eso fue lo último que se escuchó en los salones del gran palacio con respecto al intríngulis que involucra a los animalitos de Dios que pululan en esta prótesis del Cantón de Valais llamada Esperanza o sea, la ciudad que nos cobija. Tales tenebrosos acontecimientos han provocado gran angustia en los territorios oficiales y gran despliegue de horas extras en los miembros del gabinete. En carácter de primicia solo podemos decir que se estaría elaborando un proyecto de ordenanza que obligaría a los paseantes que ingresen a la Plaza San Martín a usar casco. No es nada seguro pero por las dudas habría que ir reservando uno. The end.
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