AÑO 18

NUMERO 61629

Novela

Año: 3

Número: 145

LA NOVELA DE MAMÁ JUNIORS. Por: Edgardo Ferrero

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Telenovela por entregas. Entrega número UNO.

Aclaración: El que lee debe saber que esto es un dramón por entregas. Por lo tanto para evitar malentendidos, el narrador aclara, que los personajes de estas historias son absolutamente ficticios, falsos, inventados, producto de la fantasía, pura literatura. Y por si esto fuera poco, el que escribe cumple en aclarar que todo lo que aquí se cuenta es " bruto delirio de la fiaca creadora" que responde casi seguro a un quiebre en la inestable personalidad del autor. Por eso mismo, en caso de producirse alguna similitud con cualquier hecho real, el lector debe atribuirlo derecho viejo a simple casualidad, magia de la literatura, ¿vio?. . . (E. F)
 
El narrador jura y perjura haber visto y escuchado lo que vio y escuchó en los salones de las grandes trifulcas sito en el gran Municipio Blanco durante el reinado de su graciosísima majestad a quién sus súbditos llaman Mamá Juniors, que como todos saben reina y gobierna como jefa absoluta de todo destino esperanto. Ahí mismo -dijo el que te dije- sucedió lo que sucedió, escuchemos.
- ¡Señores, - dijo la Pachamama a sus cortesanos- señores, solo faltan días para el gran fiesta anual de la "Troya de la pampa" y acá estamos, como Eva en el día de la madre, con la yerba suelta, sin bombilla y con el pescado sin vender...!!!
Todos aplaudieron y hasta se excedieron con las aclamaciones y vivas a las recias palabras de Mamá Juniors, más, "la Reina de Saba del Salado", la Tita Merello del siglo XXI, no pareció complacerse con la ovación generalizada, por el contrario, se la vio fruncir el entrecejo y la nariz como si estuviera con mucho para el envido o porque el viento norte traía los efluvios del gallinero en que se había convertido la Plaza.
- ¡Señora! ¡Si esta ciudad, en lugar de ser la ciudad que es, fuese la capital de la República, usted sería la Evita Pachamama! - dijo uno de los secretarios mientras hacía una reverencia
- ¡Evita Capitana, querrá decir, animal! - corrigió el Secretario de Cultura-

La Reina se levantó del trono como si tuviera una brasa caliente en la retaguardia y encaró hacia el norte a grandes zancadas buscando los balcones, lugar donde realizó ampulosos ademanes en dirección a la gran Plaza San Martín como si estuviera dirigiéndose a una multitud inexistente. "Está practicando para la fiesta - dijo un empleado de Obras Públicas que tenía en el bolsillo una cáscara de banana que decía "Limpes". Enseguida, la alcaldesa, dio media vuelta, miró a todos los presentes con cara de guerra y pidió la corona de laureles. "¡Traigan la corona de laureles!" -dijo-
- ¡Ustedes saben que me revienta que me chupen la media! - Gritó con la corona en la cabeza, que, a decir verdad, le quedaba un poco grande- ¡Cosa que me saca de las casillas es que me anden adulando constantemente! ¡Basta de aplausos señores, basta de caramelos! ¡El que me chupe la media va a terminar limpiando la mierda de paloma en la plaza! ¿Cuándo vamos a hacer algo como la gente? La Intendenta giró sobre sí misma y en ese instante una de las modistas del reino le colocó una capa de terciopelo negro adornadas con filigranas "rojo intenso" que la mujer sujetó con un lazo al cuello de la mandamaza quién de inmediato giró en redondo haciendo volar la brillante y ampulosa capa. "Le están probando el traje para la fiesta" - señaló en voz baja un morocho que trabaja en Rentas.
- ¿Cuándo voy a tener aprobado el presupuesto de este año? - preguntó de pronto Mamá Juniors mientras se sentaba para que le pongan unos zuecos holandeses de madera balsa- ¡Cuando! ¡Cuando! - gritó saltando y señalando al Secretario de Gobierno con el decreto del Mega gabinete, - ¿Puedo soñar acaso con cobrar los viáticos diarios? ¿Qué carajo están haciendo con la auditoría? ¿Estuvo bien la compra de mojones que cierran la Plaza o no sirven para nada? – mientras decía lo que decía la señora hizo unas fintas revoleando el decreto a un lado y a otro. De pronto, ahí nomás, se dio vuelta haciendo un elegante salto de esgrima y pinchó con el improvisado florete la foto del excelso Diputado de la Oposición que sonreía desde la galería de fotos de intendentes de la ciudad.
- ¡El capo de Fascendinilandia me está mirando, señores! -dijo sin dejar de señalar la foto- ¡Y no tengo presupuesto! ¿Cómo se cuánto tengo para gastar? ¿Cómo sé si tengo que gastar en esto o tengo que gastar en lo otro? - preguntó mirando al gran tesorero del reino que estaba duro y seco como pastel de polaco-
- Señora, es que... la Señorita Copes... - interrumpió un concejal grandote- Señora... no se puede, ella, ella y él nos controlan, no podemos ni mirar la lata ...

Cuando el nombre de la señorita Copes, rubia dama que opera en el gran Concejo fue lanzado al ruedo, Mamá Juniors, se transformó, la tristeza pareció invadirla, bajó la cabeza y ordenó que le retiren la corona de laureles, enseguida se sentó y revoleó los zuecos por el aire, "¡Quiero mis ojotas!" -ordenó-, dejó caer los brazos y llamó a su albacea (al que llaman Doctor Chapatín) quién de inmediato cayó de rodillas besando los pies del gran Jefa al tiempo que le colocaba las ojotas.
- ¡A sus pies gran señora!
- Levántese, no me chupe la media por favor, no sea falso, somos grandes doctor Chapatín...
- ¿En qué puedo servirla Esplendencia?
- ¿Sabe donde queda el polideportivo?
- ¡Por supuesto Señora!
- ¡Allá vamos, considere los viáticos Tesorero!

Esto fue lo último que se escuchó en el Salón de las grandes decisiones. Los testigos dijeron que la Reina de la Pampa se hizo perdiz con lo único que no permitió que le sacaran: "la capa de terciopelo" y las ojotas. Envuelta en la capa, la Pachamama, se metió en el ascensor y desapareció como desaparecía Isabel Sarli en las películas de Armando Bo. Nadie supo por tres días nada de Mamá Juniors, ni del doctor Chapatín, tampoco de las ojotas, ni de la lujosa capa de terciopelo que al otro día buscaba desesperadamente el dueño de la funeraria. "Esto va a salir caro" –se le oyó decir al tesorero.
 
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