La señora Meiners cometió un gran error al principio de su gobierno, eso no ya no se discute y todos saben que fue un error isalvable, una gaffe aparentemente simple. La cosa es que cuando tuvo la oportunidad de formar un equipo no lo hizo o no lo supo hacer. Armó un amontonadero de funcionarios, algunos porque le agradaban a ella, otros por sugerencia de sus asesores y otros no se sabe, pero armó un rejuntado que hoy en día es el que le trae los dolores de cabeza. Ese rejuntado le hizo perder la confianza de la gente y de cuatro votos que tenía en el Concejo la dejó solo con dos.

¿Quién sostiene en la actualidad a la señora Intendenta? Usted dirá que la sostienen en su puesto los votos de la gente, sufragios que Mamá Juniors obtuvo justicieramente hace 8 meses y que hoy, -aunque se hayan reducido casi a cero- hay que respetar por el bien de la democracia y todo lo demás que se dice. De acuerdo, pero entonces no la sostienen los votos de la gente (que de hecho ya no están) sino "la paciencia de la gente" que es una cosa muy distinta.

No faltará algun soñador que se arriesgue a decir que un sostén válido para la dama resulta ser el Partido Justicialista, con Andreoli a la cabeza. Es cierto y así tendría que ser, pero no olvidemos que votaron a Andreoli solo cuatrocientos afiliados, número que apenas supera la cantidad de votos que logra arrimar a su interna el Partido Demócrata Progresista que es el partido más minoritario del mundo. Además es muy posible que el Partido Justicialista local no se sostenga ni siquiera a sí mismo por lo que está muy lejos de ofrecer ayuda a alguien.

En cuanto al grupo de funcionarios y amigos que se benefician con los interesantes sueldos oficiales y que hipotéticamente participan del gobierno, no será mencionado en este rosario de posibles sostenedores del régimen Meiners porque, al tratarse de un "rejuntado", es obvio que no tienen nada en común con lo que trata de hacer la señora (si es que trata de hacer algo) y por lo tanto están muy lejos de sacrificarse por cosa ciudadana alguna, por el bien común y hasta por algún pariente, exceptuando a ellos mismos.

¿Y por qué tendrían que sacrificarse? -preguntan y preguntan- Bueno, en realidad nadie tiene la obligación de sacrificarse por nada, pero en el caso de los que ingresan a la política (y más a la política rentada), tratándose (la ciencia política) de un tema colectivo, digamos comunitario, sería bueno que los que se anotaron para conducir a la "comunidad" practiquen conductas comunitarias, eso de todos para uno y uno para todos (¿Se acuerda?), o aquello que nos enseñaron de que el todo es superior a las partes. La realidad es que cada uno de los secretarios, sub secretarios y obsecuentes varios trata de hacer lo menos posible, escondiéndose para no quemarse y lo único que parece interesarles es aguantar lo más posible en la silla y cobrar lo que tienen que cobrar. Hasta ahora todo va fenómeno, no se hace nada, la guita para los sueldos está y la que pone la cara es la señora en exclusiva.

Otro problema serio para la acumulación de confianza que necesita de urgencia este gobierno municipal es la falta de plata. Las cajas habilitadas son un factor fundamental para conseguir apoyo y más todavía tratándose del peronismo. No solo no hay plata sino que los funcionarios Meiners "viven diciendo que no hay plata", esa doctrina del monedero vacío espanta a los militantes y a la mayoría hasta los hace cruzar de vereda, que no se sorprendan los prolijos afiliados de la señorita Copes si ven llegar a militantes exiliados del partido de Perón. En resumen, sin nadie que la apoye, con un partido escuálido, sin billetera oficial, con dirigentes pijoteros remisos a poner la billetera propia, con un rejunte de funcionarios que hacen la suya o directamente nada (ni la suya hacen) gobernar una ciudad de 50.000 habitantes debe ser un infierno.

La señora Meiners tiene un pie adentro y un pie afuera. Eso hacen pensar los pedidos de auxilio no correspondidos hacia adentro que ya se han extendido hacia afuera llamado al diputado Fascendini hasta hace poco el culpable de todos los males habidos y por haber. Los apoyos gestuales ya no le alcanzan a la primera dama para llegar hasta el 2011. Sabemos que la señora es dura en el duro arte de arrugar, pero esta vez, sin timbres que tocar, sin tropa que mandar y con mucho que perder, todos los pronósticos coinciden en lo mismo.