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Humor

Año: 2

Número: 128

El ratón en una reunión secreta peronista.

HOY:  Dos hombres y una mujer. 
Imagínese el lector una misteriosa e íntima sala del Gran Club Social que levanta su arrogante arquitectura en la calle Sarmiento. Imagínese también, una luz blanca sobre una mesa de paño verde acentuando aún más la penumbra de la estancia y tres siluetas sombrías alrededor de la misma. ¿Dos hombres y una mujer reunidos en la intimidad de la sombra?. ¿Qué hacen a esa hora, en noche de sábado, la dulce señora Mama Juniors, el Licenciado Mate y Venga y el Concejal Martín del Niño Jesús?. 
-¡Los máximos candidatos peronistas para las primarias del 7 de agosto! ¡Las cabezas de las listas peronachas secreteando en el Social! -Pensó el ratón sacando la trompa  desde el interior de un cubilete- ¡Estos deben estar arreglando algo grosso...!

Eso decía el atorrante roedor en el mismo momento en que un mozo del aristocrático club irrumpía en la habitación con su lustrosa bandeja de acero y algo arriba. El terceto hizo un discreto silencio mientras el gastronómico dejaba sobre la mesa un vaso de Terma, un sifón de soda con una tira de lexotanil y una copa de cristal repleta hasta el borde de Champaña. Retirado el mozo la reunión continuó.
-¿Usted cree que va a necesitar ese moderador de conducta Licenciado? -preguntó Mama juniors señalando el Lexotanil-
-Nunca se sabe señora ...-contestó el otro mientras se mandaba un chorro de soda directo del sifón-

La señora Mamá Juniors se acomodó en la silla frunciendo la nariz, tomó un traguito de champán, carraspeó  para aclarar la voz y mirando a los otros dos con cara de Heidi, dijo:
- Hemos de reconocer, compañeros, que lo nuestro es una verdadera vergüenza, todos los demás se han unido en una sola lista y nosotros, nosotros, en cambio, como siempre, dando la nota, siempre a lo negro ¡Qué cosa, che! ¡Parecería que estamos todos peleados, parecería que somos los chicos malos de la ciudad!
-¡Sonamos, habló la abuelita de caperucita! -dijo el Concejal Martín del niño, mientras hacía fondo blanco con el potrillo de Terma-
-¡Nuestra línea está dispuesta al diálogo, nuestra línea está recontraabierta a la unidad del Justicialismo! ¡Nuestra línea siempre bregó por la unidad...!-saltó el Licenciado visiblemente relajado y con la corbata sumergida en el vaso de soda- 
-¡Ay, línea, línea..! ¿Y de qué línea habla usted Licenciado si se puede saber? ¿No será la línea Mayo Caseros? -preguntó suavemente la señora-
-¡Por favor! ¡Todos lo saben, señora! ¡Salíó en todos los diarios! ¿No leyeron ¨Camisón uno¨?.  Se trata de la excelsa línea Chapatín-Miquere la más famosa de la ciudad compañeros... -Dijo el Licenciado abriendo los ojos como el dos de oro-
-¡Oh, claro, disculpe, debí darme cuenta, claro, claro la raya, Chapatín Miquere, claro!

El ratón de Valais, a esta altura de los acontecimientos, saltó del cubilete y se refugió bajo la mesa donde pudo ver  como el Concejal de bigotes y recia estampa, se sacaba los zapatos y se rascaba una pata con la otra visiblemente nervioso.
-¡Otro Terma! -gritó el hombre llamando al mozo mientras miraba con fiereza a la señora y al Licenciado- ¡La unidad del peronismo! ¡Jua jua jua jua! ¡No me hagan reír que se me raja el pantalón! ¡Como nos vamos a unir nosotros, nosotros, los que venimos  ¨del hondo bajo fondo donde el barro se subleva¨, con los representantes de la aristrocracia paqueta y gorila infiltrada no se sabe cuando ni como...!
-Por favor compañero, un poco de respeto, no sea grosero, soy una dama... -suplicó la señora-
-¿Cómo habríamos de llamar a la lista de unidad? -arengaba el del ¨Hondo bajofondo¨ que ya estaba de pie- ¿A ver? ¡Ya sé! ¡La llamaremos ¨Combatiendo al capital¨ ¿eh? ¿Qué le parece? O tal vez, ¨33% reo, 33% mistonga y 33% de interés anual sobre saldo¨  ¡Jua jua jua jujuajuajua!
-Compañero, usted me ofende, y no solo eso, me confirma los dichos de los que pugnan por expulsarlo de una vez y para siempre del partido de Perón... -dijo la dama visiblemente ofendida-
- ¿Perón? ¡Perón, Perón, que grande sos...! -Empezó a cantar el Concejal echanco espuma por la boca, al tiempo que entraba el mozo con el Terma-
-¡Perón Perón gran conductor...! -se despertó de pronto el Licenciado y se unió al canto.-
-¡Sos el primeeeerrr trabajadorrrr! - Cantó también Mamá Juniors para disimular la discusión ante el mozo-

El trío entonaba la marcha peronista a viva voz haciendo gestos camorreros con el brazo derecho. Martín, el edil en ejercicio, cantaba, con el entrecejo fruncido, mirando fijo y haciendo muecas desafiantes a la rubia y frágil compañera mutualista. El Licenciado, mientras tanto, se había parado en una silla y, ajeno a todo lo que pasaba a su alrededor,  tomaba soda del sifón.  El mozo dejó un papelito con la cuenta y huyó de inmediato cerrando la puerta. Cuando la puerta se cerró (detrás de ti),  se hizo un profundo silencio. Los integrantes del trío peronacho se miraron haciendo los ojos chiquitos y visiblemente cansados por el momento de euforia.
 -¡Compañeros me voy a retirar! -Dijo el Concejal mientras hurgaba en sus bolsillos-
-Disculpe, compañero, pero debo recordarle que no tiene puestos los zapatos... -dijo con gentileza forzada el Licenciado ¨Mate y Venga¨-
-Se agradece -contestó el otro sin dejar de revolverse los bolsillos de los que finalmente sacó un billete de dos pesos ley 18188-
-Muy bien, compañeros... creo que en el fondo nos queremos y nos tenemos confianza ¿verdad? -dijo dulcemente la señora Mamá juniors mientras vaciaba su copa-
-Es cierto queridos amigos, hasta la próxima .... -bostezó  Mate y venga¨-
-¡Dios los bendiga! ¡Adios mis queridos compañeros de ruta. ¡Ah, y no se olviden! ¡Preparen el ocho que el siete es la cosa! -susurró divertida la señora-
Todos enfilaron hacia la puerta del misterioso y señorial salón. La tranquilidad y el sosiego pareció instalarse nuevamente en la estancia, pero, cuando todo parecía volver a la normalidad un grito desgarró el silencio de la noche.
-¡Nadie se mueva! -dijo dramáticamente el Concejal Martín cruzando toda su humanidad frente a la puerta- ¡De acá no se va nadie hasta que no aparezcan mis mocasines....!!!

Acto seguido, el ratón de Valais, profundamente decepcionado, dicen los que vieron, que dejó su escondite y que,  favorecido por la sólida penumbra, se escabulló del lugar. Eso sí, que habiéndose detenido po un instante en los umbrales del Club, dicen los que escucharon y vieron, que escupió (con perdón de la palabra) la siguiente moraleja: ¨La unidad del Justicialismo es inversamente proporcional al acto de afanarse los zapatos entre compañeros.¨  Dicho esto, desapareció en dirección desconocida cruzando la calle Sarmiento, calle muy pintoresca que, a esa hora de la madrugada, brillaba por los efectos de una sugerente llovizna de otoño. The end.