Ganaba Alma Juniors al principio, jugaba mejor que nunca y hacía la lógica, por eso llevaba 7 puntos y todo parecía encaminarse a la estación del triunfo para quedar entre los cuatro primeros y todo lo que eso significa para mantener la categoría y todo eso.

¿Qué pasó después? Y bueno, Alma Juniors debió haber controlado a dos jugadores de la visita. O mejor dicho, cansarlos, si te parece bien, con mandar un cancerbero fresco cada dos minutos que hostigue a los dos únicos jugadores completos que tenían los porteños, suficiente para conservar la ventaja y ganar.

Segundo tiempo. Todo al revés, dejaron que la visita marcara el ritmo lento (que le convenía porque tiene jugadores que no salen y no tienen descanso, con el calor que hacía) y perdió ánimo, se desinfló, se deprimió, que se yo, o sea, terminó perdiendo por cinco puntos.
¿Mucha tristeza?
-Y.... viste como son estas cosas.
- No importa, todavía está Alma Juniors en la conversación...
-¿Lo importante no es ganar?
-No sé... es solo un juego.
-¡Andá decíselo a la hinchada...!

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