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Humor

Año: 1

Número: 92

Cuentito con concejal que vuelve a casa

Martincito, Concejal argentino y peronacho, vuelve de fiesta en balneario llevando en el tanteador cuatro o cinco Chandones hechos y derechos.
-Yo no tomo alcohol. O, mejor dicho, no tomo determinado tipo de alcohol, pero cuando hay "Chandón" me tiro a la pileta.
-¿Había Champagne?
-Así es. Y no se haga el burro que usted estaba.
-Es cierto. Pero siga señor Martincito, siga con el relato que estamos ansiosos por enterarnos que pasó después...
-Llegué a mi domicilio ¿vio..? Todos dormían. Silencio total. Entonces voy hasta la heladera con un poco de hambre y con tanta mala suerte que manoteo un plato con algo de distracción...
-Distraído, sí ...
-Era la comida del gato y me la mandé al buche.
-¡Epa...! La comida del gato. ¿Qué marca de comida, Martín...?
-"Miau, miau..."
-¡Uuuuuhhh! Trocitos colorados, bien para gato... ¿Y, qué pasó después?
-Y nada. Mi mujer, al otro día, como me dolía un poco el estómago llamó al médico...
-¿Le contaste a tu mujer lo de la comida del gato?
-Sí señor. Y ella llamó al doctor Pichone... y le dijo que yo me había comido la ración del gato, que ahora me dolía la panza y que cosa podía hacer...
-¿Y que le dijo Pichone...?
- Qué si entraba a subirme a los árboles o me ostigaban los perros del barrio que saque un turno....