Los que tienen memoria se deben acordar que cuando la Municipalidad le vendió el "supuesto" frigorífico a su actual propietario lo que en realidad le vendió fue un terreno lleno de yuyos y un edificio que se caía a pedazos (¿O me equivoco?) y que el empresario que ahora llora se comprometió a comprar maquinarias y acomodar las cosas con una concesión de 10 años para que un frigorífico con todas las de la ley quedara finalmente para la ciudad.
Y eso hizo el hombre. Y no solo eso sino que fue pagando cuotas al municipio (según contrato) durante años. Ahora, resulta que los negocios no andan bien para el que vino a faenar animales a la tierra que florece a orillas del Salado entre oro de trigales (¿El campo anda bien y el frigoríco no...qué pasa compañero?) y vienen los reclamos (¿Tipo Nelson) para que intervenga el poder político y salve la situación. ¿De Pace está? No, no está. ¿Y por qué no está si se puede saber? Y bueno, fácil, no está porque está cubierto con una bruta hipoteca sobre lo que vendió y cobró. Y como resulta que los acreedores hipotecarios son privilegiados y cobran primero si lo que queda va a remate la ciudad cobra. ¿Si el Intendente en representación de la ciudad pedirá el remate? ¡Nunca! Qué lo pidan los otros acreedores... si quieren.
La verdad de la milanesa es que la ciudad no solo no perdió un peso en semejante negocio, sino que hasta ganó, porque cobró lo que vendió y ahora tiene hipoteca sobre lo que vendió, o sea, que cobrará DOS VECES lo que supuestamente enajenón mal.
Una muestra de la desinformación a que se somete a la gente en un tema menor, porque es un tema menor. Un edificio que se caía a pedazos, se vendió, se cobró y ahora se tiene hipoteca sobre el edificio. ¿Dónde está la pérdida?
En fin, averigüe el lector si quiere, pero si averigüa se dará cuenta que no hay peor mentira que una verdad a medias. Salute.