La pandemia pegó fuerte y todos vieron merma en el trabajo. Los comercios no venden como antes, abren sus puertas vigilados por el municipio, la gente no sale, pensar que cuando la noche local se iba armando con salidas a comedores y jardines cerveceros, el virus se encendía y parece mentira todos adentro. Esta no es una ciudad muy salidora, todos cuentan las monedas que gastan en diversión, no porque no tengan, sino porque prefieren gastar en otra cosa., la influencia suiza que impone guardar o los tanos que nos obligaban a no tirar nada. Lo curioso es que en un sector que parecía fuera de todo mal, como es la clase política, cuidando su quintita, siempre los mismos, callate que todo va bien, ahora aparecen los efectos del Covid también acá, será posible. Una locura de postulantes al Concejo viene a patear el nido. Chicos y grandes aparecen, gente nueva que dice "por qué no..." y la tranquilidad se cambia por susto. ¿Y si alguno de estos se mete en la burbuja? Porque los que estamos somos los que estamos, siempre los mismos y no es cosa que venga alguno de afuera a aumentar el número y joder la repartija. Pero será lo que será hay una tropilla de candidatos dispuesto a patear el hormiguero que le perdió el respeto a la politiquería y que quiere cambiar de laburo parece.