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Política

Año: 13

Número: 607

LA IDEOLOGÍA DEL PIJOTERO

LA IDEOLOGÍA DEL PIJOTERO

La gente cree que aquellos que critican a Meiners lo hacen porque son radicales o son macristas. Suponen que las críticas a este gobierno municipal responden a una cuestión “ideológica”. Y eso no solo lo piensa y lo repite la Intendenta como un loro cada vez que puede, también Gómez. Y lo dicen siempre que los tildan de inoperantes. Cuando le dicen a Gómez que el Concejo le dio un plazo para solucionar el tema de la cava, dice que “hay intereses políticos”. Eso es un clisé, una muletilla de Gómez, porque sabe que ni él ni Meiners tienen ideología. ¿Qué ideología puede tener Gómez? De izquierda de derecha, da risa siquiera pensarlo.
Peor que los políticos propiamente dichos, sean peronistas, gorilas, radicales o socialistas, son aquellos que se han criado en una familia que ha vivido toda su vida del Estado. Estos muchachos tienen las uñas crecidas desde chiquitos. No conciben otra forma de vivir que no sea con los cheques oficiales. No digo que haya muchos de esos tipos en el gobierno municipal, pero algunos hay. Bueno, esos individuos no tienen ideología. Pueden simular una ideología, pero no la tienen. Eso explica la facilidad con que pasan de Menemistas a kirchneristas o macristas, en todo caso tienen la idea fija de la “caja”, van hacia donde está la guita. Antes la tenía Cristina y ahora la tiene Macri, vayamos entonces hacia donde está Macri.

No se puede criticar a Meiners desde el punto de vista de la ideología por la simple razón de que la Intendenta no tiene ideología. Cuando se le señalan errores solo se tienen en cuenta los hechos puntuales, mejor dicho, se tiene en cuenta que no está a la altura de la ciudad que tenemos. No hace falta abundar en detalles, el que lee, se da cuenta con solo mirar.
En síntesis. La señora y sus ayudantes esquivan todo lo que significa ponerse a trabajar. Siguiendo con el ejemplo de la cava, que incomoda, y mucho, a los vecinos del barrio La Orilla, el ejecutivo municipal solo se manejó con evasivas. La consigna es: TRABAJAR, NO.

Por el bien de la ciudad se impone una renovación. Los próximos tres años deberían ser para despertar a la Intendenta. Si despierta y emprende alguna cosa original, si se arriesga, si encara obras sin esperar la tutoría de la provincia o de la nación, sería bueno para todos. Pero también sería un milagro. Claro que los milagros existen.