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Ciudad

Año: 12

Número: 568

LA VENGANZA DE FASCENDINI.

LA VENGANZA DE FASCENDINI.

HISTORIAS DE LA CIUDAD SECRETA.
TITULO: No es tan fácil destapar una sidra.
Bajada: Algunos percances de fin de año deberían evitarse. Hay cosas consideradas como "estúpidas", que podrían provocar un trauma para toda la vida.

-Este año no se tiraron tantos "cuetes" porque la gente sabe que la explosión te tapa el lagrimal. -Dijo el Colo observando un petardo que el bolichero de la Avenida Córdoba conservaba como recuerdo- Se te tapa y después con el tiempo se te destapa en el momento más inoportuno.
- Lo peor es que se te destape el lagrimal justo cuando no estás triste. -dijo un gordo de bigotes con una musculosa negra y con pelos en el cogote y en los brazos. 
- Ni que hablar de los orejones que se comen en las fiestas que son nocivos cuando flotan en el estómago en un mar de sidra -continuó el Colo sin prestar atención a lo que decía el gordo peludo- Las nueces, por ejemplo, se degeneran.
- ¡Cosa que me revienta es la degeneración! -gritó un petiso musculoso al que le decían el "enano facista".
- Y las nueces cuando se degeneran no se dejan comer. -dijo el Colo.
- Eso, señor Colo, muy diferente a algunas otras que cuando más se degeneran más fácil son de comer. -dijo el enano fascista provocando la carcajada del auditorio.
- Hace unos años provocamos un accidente grave cuando destapamos una sidra -dijo con extrema seriedad el Colo. - Estando presente el señor petiso Barbero en una festichola del barrio, el tapón de una sidra "La Farruca", desarrolló una velocidad de 107 km/h e impactó en la frente del susodicho desmayándolo.
- Esa es la velocidad máxima que puede desarrollar un tapón de sidra -apuntó el gordo de la musculosa.
- Tuvimos que trasladar a Barbero hasta la esquina y abandonarlo para que no arruine la fiesta.
- ¡Lo dejaron tirado en la calle! -saltó el bolichero.
- Cuando fuimos a buscarlo a eso de las seis de la mañana, no estaba más.
- ¿Qué pasó? -quiso saber el petiso fascista.
- Se lo llevaron los muchachos de la basura. Ahora cuando hay una fiesta, el petiso me mira y llora. -dijo el Colo.
- Miren el desastre que puede hacer en la "siquis" un tapón de sidra, che. -terminó el gordo mientras se tiraba de los pelos del pecho.