La auditoría terminó.  El Municipio o  la Caja tendrán que pagar a los "auditores" que emitieron un "informe actuarial" (como le gusta decir al Secretario Gómez) la módica suma de SESENTA MIL billetes. La raquítica alcancía de la Caja Municipal habrá sacrificado entonces una porción de recursos que no tiene, para escuchar una sanata "recontrasabida", cosas trilladas y masticadas durante años, por las cuales el único (en el planeta) que paga es nuestro secretario de hacienda. Es frustrante tomar conocimiento de estas decisiones porque da la impresión que el dinero de los contribuyentes se tira a los chanchos (nada personal). Cuantas veces vamos a escuchar la musiquita: Aportes obligatorios de los que ocupan cargos políticos, aumentar la edad para quienes se jubilan, basta de monotributistas que no aportan, qué más se puede decir.  Chocolate por la noticia. Sesenta mil mangos menos en las reservas de la caja.  ¿Gómez, querés fundir todo lo que se te pone a tiro?

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