Ya lo decía Perón: Todos somos peronistas. Es extraordinario como se replican las cosas que se dan en el revuelo de la capital en estas ciudades donde se supone estamos fuera de toda influencia, en el culo del mundo. Allá se dividen, acá también. Allá buscan un candidato "ni fu ni fa" como Scioli para ganar las elecciones y colarse, acá también. Allá Scioli, acá Elena. Allá la gente se piensa votará a Scioli porque es honesto, cara de bueno y un pan de Dios, acá la gente (se pensó) votaría a Elena. Allá perdieron, acá perdieron. Todos somos peronistas.
Pero ojo que hay algo que acá se puede y a nivel nacional no. Acá puede ganar y gobernar el Frente Cívico, mejor dicho, la oposición, gobernar mejor (mucho mejor) que Ana Meiners, Pirola y todos los demás que usted ya conoce. La experiencia dice que es muy difícil mantenerse sin una ali¡anza con sectores poderosos en serio del peronismo disidente, si no pregunten a Alfonsín y De La Rua. Esta vez, sin embargo la cosa parece distinta. Los opositores también son peronistas: Macri, Scioli, Massa que son los presidenciables que van al frente del pelotón. La habilidad para hacer alianzas dará el nivel de las posibilidades de éxito de cada uno. Moyano, Clarín, peronismo ortodoxo, iglesia, militares, en fin todos los sectores de poder concreto, grupos de presión, tensión etcétera, cumplen un papel importante a la hora de mantenerse en el poder.