Mientras se esperan los resultados de pericias clave para la investigación por el homicidio de la joven Ángeles Rawson, en las últimas horas tomaron estado público algunos detalles del hallazgo del cuerpo de la joven hasta hoy desconocidos.
Gustavo Pistoia, representante gremial de los trabajadores de la planta del Ceamse en donde hallaron a Ángeles, explicó en qué estado se encontraba el cuerpo de la joven de 16 años, por cuyo homicidio fue detenido el encargado Jorge Mangeri.
“El cuerpo estaba bastante dañado, pero por el proceso (de la máquina compactadora de basura). Había un solo daño que me llamó la atención: era un golpe en la cara, del lado izquierdo, donde había rastros de sangre. Los otros cortes que tenía eran sin sangre”, relató Pistoia en diálogo con el periodista Samuel “Chiche” Gelblung en Radio 10.
Pistoia reveló que Ángeles tenía su uniforme completo, con pantalón y medias verdes, zapatillas Topper grises, y parte del torso desnudo pero como consecuencia del proceso de compacto de residuos al que se cree que estuvo expuesto el cuerpo cuando fue transportado en un camión de recolección de residuos.
De acuerdo al testimonio del sindicalista, había cuatro tipo de ataduras con distintos tipos de hilos. “Había una soga tipo náutica, también había hilo plástico, como el que se usa para envolver cualquier paquete, y en el cuello tenía hilo sisal. Había otros hilos sueltos, pero no pude determinar qué era”, detalló.
Pistoia confirmó además que el cuerpo estaba acostado y extendido y no en posición fetal como se había informado desde un principio.
La fiscal del caso, Paula Asaro, tiene comprobado que Ángeles fue a su clase de gimnasia el lunes 10 de junio. Las cámaras de seguridad de edificios cercanos a su domicilio registraron que la joven regresó a su hogar. A partir de allí es un misterio qué fue lo que sucedió. El cuerpo de la adolescente fue encontrado en la planta de tratamiento de residuos del Ceamse de José León Suárez pero no hay certezas de cómo llegó hasta allí. La hipótesis más firme es que uno de los camiones levantó el cuerpo, que estaba dentro de una bolsa, en un contenedor de basura y trasladó los restos.
VERSIONES DE ULTIMO MOMENTO:
El portero, señalado como responsable del crimen de Ángeles Rawson pidió en la madrugada del sábado volver a declarar ante la fiscal María Paula Asaro para dar –según reveló la agencia DyN– un testimonio estremecedor: "Mi esposa no tiene nada que ver, no la involucren a ella en esto... fui yo".
De acuerdo a la información suministrada por las mismas fuentes judiciales, tras esa declaración, la fiscal interrogó a Mangeri sobre qué significaba su expresión, y el portero explicó que hablaba de la muerte de Ángeles pero aseguró que lo que sucedió "fue un accidente".
En ese momento, un secretario de la fiscalía interrumpió a Mangeri porque, ante la virtual autoincriminación, como estaba prestando declaración como testigo y bajo juramento de decir verdad, si continuaba hablando todo podría haber sido determinado nulo.
Otro dato revelador que se dio a conocer es que, si bien Mangeri se negó a declarar ante el juez de instrucción Roberto Ponce, en un momento en que ya estaba detenido y se quedó a solas con policías que lo estaban custodiando habría deslizado que golpeó a Ángeles porque ésta lo habría llamado "negro de mierda", aunque no trascendió en qué contexto, ni por qué razón.
El testimonio de la mucama
La hipótesis sobre la responsabilidad del portero comenzó a consolidarse en la noche del viernes cuando declaró también como testigo una mucama de la familia de Ángeles, de nombre Dominga.
La mujer aseguró que el día en que desapareció Ángeles trabajó en la casa de la adolescente entre las 9 y las 13, y en ese lapso la joven no regresó a la vivienda, en la que estaba durmiendo en una de sus habitaciones uno de los hijos de la "familia ensamblada".
Sin embargo, las filmaciones de cámaras de seguridad la mostraron regresando al edificio, y no hay registros de que haya vuelto a salir por sus propios medios.
Lesiones sopechosas
Una serie de rasguños que Mangeri mostró en su cuerpo, en la zona abdominal y en la espalda, también despertaron sospechas de los investigadores.
Mientras denunciaba que había sido torturado por policías en dos episodios previos a su detención, el portero levantó su buzo y exhibió lesiones compatibles con quemaduras pero también "arañazos", similares a los que, cuando se quitó la prenda, tenía en la espalda.
La fiscal ordenó un examen forense, que se terminó de completar bien entrada la madrugada, cuando llegó un especialista al que fueron a buscar para convocarlo cuando estaba en medio de una celebración familiar; el forense estimó que las lesiones tenían una antigüedad de entre tres y cinco días.