Dice la historia oficial de Ferrari que su modelo de competición 250 GTO “fue el pináculo de la serie 250 GT”. El auto salió a las pistas por primera vez en marzo de 1962 (ese día llegó segundo tras otro modelo de la marca italiana) y enseguida se quedó con tres campeonatos mundiales de Gran Turismo. Ahora, cincuenta años después, el Ferrari 250 GTO sumó un lauro más. Días atrás, uno de los únicos 39 ejemplares fabricados entre 1962 y 1964 se transformó en el auto más caro de la historia: un coleccionista estadounidense pagó por él US$ 35 millones.

Operadores especializados confirmaron la transacción a Bloomberg News. Según ese medio, Craig McCaw, un empresario de los EE.UU. coleccionista de autos, le compró el auto modelo 62 al empresario holandés Eric Heerema, que lo había adquirido una década atrás por 8,5 millones de dólares.

Siempre según Bloomberg, el auto más caro de la historia había sido hasta ahora un Bugatti Atlantic 57SC de 1936, por el que el coleccionista Peter Mullin pagó en 2010 una cifra no revelada de entre 30 y 34 millones de dólares. A su vez, en enero, otro Ferrari 250 GTO (de 1963) se vendió por unos 32 millones (hoy una Ferrari 0km ronda los US$ 300.000).

El ahora auto récord fue construido para el piloto británico Stirling Moss, quien a causa de un accidente finalmente no pudo usarlo. En la butaca del conductor todavía puede leerse, grabado, el nombre del piloto. Esta Ferrari tiene el volante a la derecha y fue pintada de verde manzana, color que conserva, porque ese era el tono usado por el equipo de Moss.

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