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Deportes

Año: 10

Número: 444

PAULA ORMAECHEA, LA SUNCHALENSE QUE QUIERE LA NÚMERO UNO DEL MUNDO.

PAULA ORMAECHEA, LA SUNCHALENSE QUE QUIERE LA NÚMERO UNO DEL MUNDO.

Paula Ormaechea mostró la hilacha y ahora no hay quien la pare. Y no sólo porque con 19 años se escabulló llena de confianza hasta la segunda ronda del Abierto de Australia con toda la potencia de su derecha y un juego por demás inteligente, sino porque, además, ese logro, punto de inflexión en su carrera -es la primera vez que disputa un Grand Slam-, le permitió derrochar carisma y sacar a relucir su mentalidad ganadora en un torneo en donde se centran las miradas del mundo.
En el ambiente del tenis, Paula hace mucho tiempo es señalada como una de las grandes promesas del país. El buen presente que vive en Melbourne hizo que su nombre, y ese futuro, sean una realidad. A saber: encaró la qualy de Australia con la idea de aprender, de conocer el circuito, de ver cómo era eso de un Grande, y sobre todo con la premisa de divertirse. Un par de objetivos ideales en el bolsillo, una fuerte mentalidad ganadora y una muy buena preparación física la llevaron a dejar en el camino a Yvonne Meusburger, Su-Wei Hsieh y Coco Vandeweghe. Primera vez en el cuadro prinicipal y parte, gran parte del sueño cumplido.
Quedaba el batacazo, de esos que alcanzan a poner a un deportista en los primeros planos. Partido debut contra la número 50 del ranking WTA, la rumana Simona Halep. ¿El contexto? Felicidad, y un par de zapatillas rotas. "Ya estaba pensando `si se me rompen voy a jugar con las medias directamente´", confió en una entrevista al canal ESPN. No hizo falta: 6-1, 3-6 y 7-5 y pase a la segunda ronda contra la polaca Agnieszka Radwanska. La número ocho del mundo no le dio chances. Con un contundente 6-3 y 6-1, Radwanska acabó con el sueño de una Ormaechea que igual deja Australia con una amplia sonrisa en su rostro. "Bueno a pesar de la derrota hoy nos vamos con una buena semana!! Gracias gracias a todos por el aguante!!!, escribió ella en su cuenta de Twitter.
Señas particulares. Oriunda de la ciudad santafesina de Sunchales, Paula nació el 28 de septiembre de 1992 y agarró por primera vez una raqueta a los tres años. Era muy inquieta, cuenta, y los deportes -tenis, patín, futbol, básquet, vóley o beisbol- ocupaban la mayor parte de su tiempo. Sin embargo, un día tuvo que optar por un solo camino. "Llegó un momento en el que mi papá me dijo `es hora de decidir, o tenis o básquet. Lo que quieras hacer de la manera profesional lo vas a tener que hacer bien´. Así que ahí elegí jugar al tenis".  Con 13 años, Paula dejó su ciudad natal. Partió a Buenos Aires, lejos de los afectos pero con una idea certera: ser profesional, o más aún, ser una número uno.
Deseos más particulares. Si bien admite que no sigue mucho el circuito femenino y que le gusta mucho más ver a los varones jugar -admira a Federer, a Sampras y a Agassi- Paula tiene devoción por las hermanas Williams, esas a las que siempre vio jugar y que la llevaron a desear con todas sus fuerzas ser como ellas para llegar a lo más alto del tenis mundial.
"Yo tengo mi sueño desde chica, desde que veía tenis en la tele, de ser número uno del mundo. Si algún día llego sería algo increíble, pero si no llego siempre ya era el sueño de poder serlo". La imagen que la pantalla devolvía frente a su rostro era la de Venus y Serena. "Yo decía `quiero ser como ellas´". Y tanto era así que las fantasías de Paula llegaban a puntos extremos -y divertidos-: "Una vez me había puesto con que me iba a pintar la piel, ¡imaginate! Ya había llegado hasta cierto límite que... Las admiro tanto que quería copiarles todo", dice entre risas en la misma entrevista para ESPN.
Juego de ataque. Diestra, con revés a dos manos, un metro sesenta y nueve de estatura y mentalidad ganadora. "A mí me gusta pegarle muy fuerte a la pelota pero también trato de jugar con mucho top, que es lo que más le cuesta a mis rivales porque están acostumbradas a jugar bien por abajo. Pero si me preguntás que es lo que más me gusta, es atacar". Así definió Paula su juego con la victoria del tercer partido de la qualy aún fresca. Un combo que, junto a su coach Federico Paskvan, intentarán explotar al máximo en 2012, el que todos indican como su gran año.