En "La Nación" de uno o dos domingos atrás, 24 de noviembre, (¿importa?), en la sección de Cultura, encontré un artículo de un turco (nosotros le decimos turco a todos los orientales) que se llama Edward Said (como los Said de acá ¿viste?) que me conmovió. Decía, entre otras cosas este autor del libro "Cultura e Imperialismo", que cree que "uno de los peores efectos de la ocupación ha sido brutalizar a jóvenes israelíes y acostumbrarlos a tratar a los árabes como a sub-humanos, a quienes se puede maltratar sin contemplaciones así sean ancianas, niños, jóvenes o viejos". Notable observación sobre lo que deja en definitiva el conflicto entre judíos y palestinos como efecto presente en la Juventud israelita. Juventud educada -según Said- en el acostumbramiento de tratar a los árabes como si fueran inferiores, despreciables y absolutamente prescindibles. Eso no deja margen para el futuro o por lo menos para un futuro mejor. Lo que vemos, escuchamos y leemos no es agradable, allá parece ser que la vida no vale nada. ¿Pero para qué leer estas cosas,... qué podemos sacar en limpio nosotros acá en la pampa argentina de toda esa salvajada? ¿Podemos sacar algo en limpio? Tal vez, que se yo, por ejemplo, que el hombre es sensible a recibir instrucción contra otros hombre y cuando se ensaña puede ser más feroz aún que los animales.¿Qué puede ser más importante que la vida de un hombre? ¿La tierra? ¿El poder? ¿Se usa el dólar para matar palestinos? ¿Los mismos que chillan contra las armas que tiene Sadam? ¿Se lucha contra el terrorismo aterrorizando a los supuestos terroristas? ¿Todo el pueblo palestino es terrorista?
Quién te ha visto y quién te ve, pueblo judío, vos que fuiste víctima ahora te has convertido en victimario... En fin, Dios dirá, por algo Dios espera a que te conviertas, pueblo bíblico, para decretar el fin de los tiempos. ¿Cuándo te vas a convertir elegido...? ¿Cuándo te convertirás, perseguido? Es una paradoja que aquellos (víctimas primero y victimarios después) que con prolija voluntad persiguieron (y ejecutaron) su venganza contra los nazis, implacables protagonistas (verdugos) del infierno vivido por la raza judía, hoy justifiquen su papel de crueles verdugos (también) de los árabes, usurpando su territorio y haciendo de la violencia y de la fuerza bruta, despareja, una cosa de todos los días. Dios dirá. En estos temas en los cuales -parecería- se trata, ni más ni menos, de borrar una raza de la faz de la tierra, lógicamente la cosa no es tan sencilla. ¿Los judíos tendrán que aniquilar (es la ley de la guerra) toda resistencia, toda voluntad, para vivir en paz en esa tierra ajena.?