Es multisectorial es cierto, pero antes, por lo menos había cierto "derecho de admisión",  hoy, en cambio, entra cualquiera, desde el que fabrica cosechadoras hasta el que vende praliné. Ese estilo permisivo desnaturaliza la feria y lejos de convocar más gente se produce el efecto contrario. Cada vez menos gente. ¿Cual es el motivo? Es posible que se trate de una muestra demasiado previsible, todos los años lo mismo. No hay mucho nuevo, original, creativo, al contrario, cada vez menos. 

Es curioso que los organizadores no tomen ideas de otras ferias exitosas que se hacen a lo ancho y a lo largo de todo el país. En los primeros años cuando FECOL era novedad, el público respondía con generosidad, era novedad. Se recuerda a Presidentes del CICAE agrandados por lo que prometía la muestra. Hasta viajaron al viejo munco a invitar al Papa y al Rey de España. Esos tiempos quedaron lejos, ahora, la idea parece ser otra, el cotillón, las luces de colores, los globos y los pajaritos de vidrio avanzan por encima de lo poco que propone la industria. Este año fue más de lo mismo con resultado pobre. ¿Habrá que empezar de nuevo?  Insistir con un libreto agotado, repetido, parece ser una garantía de fracaso.