El problema no es la mujer, que de todas maneras es solo un producto del peronismo esperancino. Toda la vida estuvo el movimiento de Perón probando con propios y extraños con un candidato para enchufarle al pueblo de la Suiza de las Pampas hasta que consiguió que acepte uno, o mejor dicho, una. Por supuesto que ninguno de los integrantes de la lista que ganó en el Justicialismo con Andreoli a la cabeza tuvieron alguna injerencia en la entronización de Mamá Juniors.

El que se ocupó de conseguir el aval de los caciques para que la candidata a Intendente sea Ana del Cocco fue el escribano de la esquina, los otros son solo acompañantes que no cuentan para nada. Pero, el escribano se retiró casi de inmediato a sus cuarteles, en el mismo instante en que su olfato experimentado le anunció que el parto venía de culata.

Ahora la jefa hace la siesta y toda la banda se anarquiza haciendo lo que se le ocurre, el de la producción quiere vender en Paraguay que es la cuna del contrabando, el de Obras Públicas estudia como se hace un camino de ripio, el de acción social se saca de encima los indigentes y los de medio ambiente dicen que no hay fábricas sin olores. La ciudad mira con espanto la inacción de sus funcionarios a 7 meses de gobierno.