Mientras el sol del 25 viene asomando (mientras asome fenómeno) y en La Orilla se preparan con los hermanos Cuestas, el Intendente vino del Asia, recibió en Buenos Aires la noticia que a Esperanza le tocaban (ni más ni menos) que 166 casas del plan federal y (por si esto fuera poco) fue asaltado. Casi nada. La pregunta es si esta velocidad que le imprime el gobierno radical al ritmo ciudadano va  a ir acompañado por una velocidad similar en los problemas de seguridad.

Todo parecería que por lo menos tiene que ver, porque a mayor cantidad de cosas convocantes, corsos, fiestas, ferias, expodemas y varios, los asaltos a las casas de los esperancinos se hacen más habituales. ¿Ciudad donde nunca hubo afanos, ahora tiene afanos todas las semanas?
Estudiantes, visitantes, viajantes y peregrinos vienen a la suiza de las pampas y se desarman en elogios. Puertas abiertas, autos sin llave (Y hasta con la llave puesta), tota ... ¿Quién te va a afanar? ¿O acaso no nos conocemos todos?

La rara virtud de ciudad tranquila y pueblerina se va terminando. Prueba de ello son las 166 casas que por un plan finaciado por la Nación se van a hacer en la ciudad. ¿Ciento sesenta y seis? Así parece y desde ya sabemos que no van a alcanzar para la demanda que hoy existe. ¿Todos se vienen para acá? No todos, pero muchos sí. Trabajo no falta y los emprendimientos exitosos se multiplican. Bueno sería que sigamos conservando la seguridad que teníamos cuando apenas éramos unos veinte mil... Pero eso es imposible, lo bueno es que hay sectores de ciudad chica que deben prepararse para ciudad no tan chica. Algunos primero que otros deberán entender que ya no se puede dormir en el auto.