La bronca que el PDP le dispensa al radicalismo oficialista es ciega y sorda. A tal punto llega que los gorilas de antaño no se fijan en gastos con tal de perjudicar a los boinas blancas.

El rencor que los Copes boys le guardan a los legionarios fascendinistas es tal que han convertido (con tal de disfrutar de una noche de gloria) a los peronachos en árbitros de todos y cada uno de los proyectos que se presenten de ahora en más.

Las tres comisiones han quedado constituídas de la siguiente forma:
Gobierno, cultura y acción social: PDP, UCR, PJ y PDP
Presupuesto y Hacienda: PJ, PJ, UCR y PDP.
Obras Públicas: PJ, PDP, PDP, UCR

Si consideramos que el Presidente (que figura primero en cada comisión) tiene doble voto en caso de empate, vemos que los Demócratas tienen mayoría absoluta en una sola comisión y han dejado en manos del Justicialismo la decisión crucial de tratar o no los proyectos al otorgarle la comisión de Presupuesto y Hacienda.
Eso sí, se dieron el gusto de fustigar duramente a los concejales de la UCR. Devolviendo viejas facturas que al parecer nunca fueron olvidadas, ahora tendrán que someterse a los estados de ánimo y a la pericia de Carrizo en el futuro.

A nuestro juicio y dejando de lado cualquier obstáculo sentimental que no va con la política actual, el Justicialismo ha recuperado su papel de árbitro en el Concejo y tiene una influencia notable en los actos de gobierno que se sueñen para el año 2005.

Lo que deba pasar por las narices del Concejo, proyecto importante o no tanto deberá tener en cuenta (¡Y cómo!) a los compañeros Carrizo y Andreoli que han mejorado sus relaciones al punto tal de funcionar casi casi como bloque.

Veremos que pasa a partir de tales acontecimientos. Todo tiene que ver con lo que se piense hacer y lo que se piense hacer deberá tener el sello del Justicialismo o seguramente se frustrará y quedará olvidado en la comisión de presupuesto. Dios y el duo peronista diran si esto es o no cierto. Hemos dicho.