Atención, jóvenes, robando... (¡Ah! ¡Ojo, con las mujeres que también afanan!)
El corso sigue en la plaza. Cultura del municipio tratando de recuperar la memoria de los carnavales de antaño y atraer gente de los alrededores para seguir posicionando a la ciudad como de visita obligatoria para la zona, bueno, siempre propone algo nuevo. ¿Corsos? Fenómeno, todo viene bien para generar movimiento. Y la gente responde porque en gran número se instala acordonando la calle Sarmiento para aplaudir a los conjuntos musicales, comparsas y ahora máscaras sueltas. ¿Habrá máscaras sueltas? Veremos, ojalá.
En otros tiempos las carrozas sencillas con ramas y caballos flacos, iban y venían en alegre procesión por los corsos. Los estudiantes siempre aparecían con su clásica cirugía de algún enfermo despanzurrado hasta la exageración. El toro que atropellaba a propios y extraños. Los cabezones de alguna época y los carritos llevando bebés de mil años con enormes mamaderas. En fin, tal vez, vuelvan, con este convite que les hace la ciudad a partir de este fin de semana.