El paseo de compras
Puede ser que se trate de un proyecto presentado por un grupo de tipos que finalmente no hagan nada. Pero que si lo hacen, modificarán en serio la fisonomía de la ciudad es más que cierto. Puede ser una esperanza solamente, puede ser que muchos de los que ahora ven el hermoso dibujo ni siquiera vivan para verlo terminado, pero igual, el tema nos ha movido un poco el verano y nos ha dejado algo en el bolsillo, yo diría que tenemos después de la sesión del Concejo que dio luz verde al faraónico proyecto del paseo de compras un resultado que se traduce en una cosa buena y una mala. ¿Cuál es una y cual la otra? Leer es saber...

No estoy tan seguro que vaya a pasar tan fácil del papel a la portland, pero si pasa nos va a sumar belleza y utilidad a los esperancinos, es cierto. La discusión nos dejó un poco perplejos con la constestación de la gremial empresaria, que fue algo así como ¨estamos de acuerdo pero si quieren violar la ley viólenla ustedes¨, no sería nada si la ley a violar no la hubieran sugerido ellos mismos. El paso en falso fue del CICAE que sin detenerse a pensar ni un segundo en una solución, pateó al arco contrario con un tiro libre inmediato tipo ¨jódanse¨ sin imaginar siquiera que la solución (en caso de querer sumar y no dividir) estaba en la punta de la lengua.

La buena noticia es que (¿Por primera vez?) los tres bloques de ediles se pusieron a trabajar con ánimo conciliador, pensando como representantes de los vecinos y lograron un proyecto común, sin histeria y pleno de buen sentido.

La madre de todas las madres era que la ordenanza prohibitiva que imaginó hace un tiempo el CICAE era para megamercados y no para paseos de compras. Entonces no había que modificar nada, ni anular, ni obviar, solo empezar a legislar para una cosa nueva.

Un gol para el Concejo que aprendió a sumar y el bonete de burro para otros que por no pensar se quedaron fuera de la cancha.