Hasta ahora no ha pasado nada. Los que vayan al Molino, me arriesgo a adelantar que verán algo mejor de lo que vimos nosotros en las dos presentaciones que oficiaron de inicio a esta sede pobrona y pijotera. No es mucho pedir, porque lo que se vio hasta ahora, es una mala señal de lo que debería entenderse por buenos oficios para hacer o intentar hacer un boceto que nos lleve (algún día) al buen teatro. Grupos heterogéneos, obras que quedan grande, chicos en montajes para grandes (y que no entienden) y todo lo que tiene que ver más con los vicios y clisés que con el camino correcto. A veces se cree que se avanza y si, se avanza, pero en sentido contrario. "Ojalá los rafaelinos -que siempre trabajaron bien y tienen buenos elencos mejoren el promedio-nos dijimos-". Y no nos defraudaron con la presentación de la máscara de la Perla del Oeste la cosa tomó vuelo, la gente disfrutó y hubo participación del público en la obra que -dicen- fue para reírse hasta quedar sin aire. Mejor así. Un miembro del honorable Concejo Deliberante fue (¿obligado?) a realizar unas curiosas y eróticas contorsiones detrás de una pantalla (¿Sombras chinescas?), dicen los que vieron que la actuación del Concejal fue de película, todos aplaudieron a rabiar y asunto terminado. Muy bien por "La Máscara" de Rafaela. Nos amigamos con la Fiesta de la cual Esperanza es sede. Aunque si las cosas van a ser así a lo que venga es para pensarlo dos veces. ¿Y si hacemos una Fiesta nosotros, más barata y más segura? (qué nos enseñe algo)