Si bien no se trata del cuento de Esteban Echeverría es un tema para tenerlo en cuenta. El matadero que parece municipal pero no lo es, porque el matadero municipal que funcionaba en donde ahora está el vivero fue clausurado ya hace muchos años por un gobierno demócrata progresista. Mencionar tal detalle es de interés hoy porque precisamente los herederos de los que bajaron la persiana del viejo matadero hoy se quejan por el drama de los empleados que hoy pertenecen a empresa privada.

Mención aparte merece en este intrincado asunto la ya remanida costumbre de tirarle el muerto al contrario que en la actualidad y, siendo mayoría decisoria en el Concejo deliberante, parece ser práctica rutinaria de la señorita Copes y sus cofrades. ¿Se olvidaron que fueron precisamente los demócratas los que decidieron cerrar el matadero sacándolo de la órbita del municipio? ¿O tal vez apostaron a que sus colegas radicales acusarían una laguna mental y no dirían nada al respecto? Bueno, aclarado el punto, y estando claro que la gestión de la boina blanca (De Pace/Fascendini) hizo más que buen negocio entregando un edificio pelado a empresario privado y (por si esto fuera poco) cobrando casi doscientos cincuenta mil pesos por cuatro paredes y un techo,  sería conveniente (plis) en bien de la salud mental de esperancinos a veces ocupados y distraídos que se tome como costumbre decir la verdad y asumir riesgos propios de una vez y para siempre. Anote secretario pedepete y pase a comisión de homenaje a la buena convivencia.