El Presidente Kirchner viene unas horas a nuestra ciudad. El Presidente necesita recorrer el país, entrar en contacto con la gente y demostrar que ha decidido jugarse para que la gran mayoría postergada y sufriente empiece a ver, por fin, una luz al final del camino.
Los medios nacionales y la opinión internacional lo va siguiendo con un doble interés, algunos desean que el Señor K que se mantiene firme con los tenedores de bonos de la deuda, se caiga, y que, por supuesto llegue otro que ponga las cosas otra vez en la huella de la conveniencia de la usura internacional. El Presidente necesita fortalecerse y lo único que puede darle fuerza es la presencia y la adhesión de los argentinos. Nosotros, entonces, que tendremos la posibilidad de verlo cara a cara, estaremos frente a la opción de hierro de demostrar si en realidad participamos de la lucha contra las cadenas que nos postergaron hasta ahora o si, simplemente nos encontramos más cómodos bajo la tutela de los fondos "buitres".

Eso será fácil de verificar. La cantidad de gente que vaya el miércoles a la esquina de Moreno y la ruta será la señal única e irrepetible. Si eso sale bien, si Kirchner tiene la oportunidad de señalar el camino frente a una multitud, lo demás será más fácil, el hombre no dudará en ayudarnos a conseguir lo que necesitamos. Pero primero es necesario que todos, sin distinción de partidos, ni enconos personales salgan a convocar a los esperancinos para el miércoles. Nadie debe faltar, para honrar a la ciudad y para mostrar a la Argentina que queremos trabajar libres de los usureros que nos chuparon la sangre durante tanto tiempo.