Chiste con cura esperancino en misa importante

En una de las celebraciones religiosas incluídas dentro las fiestas patronales de la ciudad, dice uno que escuchó todos los sermones, que el cura de la barba predicaba en una de las misas en contra del juego de la quiniela y timbas varias.
-Yo sé muy bien que ustedes, si sueñan con el 15, con el 21 o con el 69, corren de inmediato a jugar a esos números todo lo que tienen, sin detenerse a pensar en cuanto es lo que pierden y es más, hasta se quedan sin comer a veces por satisfacer sus deseos timberos.

Y así siguió el cura, que andaba enojadísimo como aquél que habiendo ganado en la clandestina  no cobró, a tal punto calentito que podría decirse que el púlpito temblaba con sus puñetazos. En ese momento -dicen los que estuvieron- se le acercó una anciana de las damas vicentinas y le dijo:
-¡Señor cura, deje usted ya de estar tan nervioso y sea más calmo con sus fieles, che! ¡No es para tanto carajo!
 Y ahora que está usted más tranquilo señor cura párroco, ¿podría usted repetirme los números que mencionó hace un ratito en el sermón?