Con tanta versatilidad, la alcaldesa, pasa de la izquierda vernácula a la derecha recalcitrante que da miedo. No hace mucho la Intendenta se jactaba de ser amiga íntima de De Vido (decime "Ana María") para llenar la ciudad de lomos de burro y alcantarillas, y ahora, de la noche a la mañana, cuando el ex ministro cae en desgracia, la doña pega la curva y se abraza (como chancho) con el ministro del Interior de Cambiemos. Si hay pobreza que no se note. ¿Qué dirá Cristina cuando la ve, tan jactanciosa, en la asamblea de Intendentes, coquetear con la oligarquía macrista? ¿Y De Vido? ¡Pobre Julio, tan perseguido por la justicia, él que se preocupaba por el bienestar de todos los argentinos! ¡Qué manga de desagradecidos, Meiners incluída, estos cosos que ahora ni me saludan, ha de pensar don Julio!

Lo curioso es esa extraordinaria levedad de la doctrina peronista. De la vida por Perón cuando conviene a "no te conozco porque vos no sos peronista", ocurrencia actual con la cual se sacan de encima a los kirchneristas. No conocen a Máximo, a Aníbal, a Néstor, ni que hablar a Lázaro Baez y a López. No lo conocen porque no les conviene, antes los adoraban porque el chorro de guita venía de ese lado, hoy, todo a cambiado, por lo tanto hay que cambiar. 

¿Y si vuelven, como dicen? Y bueno, dice la reina, si vuelven, andaremos a los besos de nuevo.