Aufranc es conocido dirigente radical. Vuelve del recuerdo, para conducir al partido de Fascendini, luego de unos años de olvido. El comité radical de nuestra ciudad nunca fue superado en dinámica y organización por otros partidos, incluso por el peronismo, con el plus de tener la Intendencia, como ahora. Ultimamente los radicales estaban un poco dormidos, contagiados tal vez con el andar pachorriento del justicialismo, del Pro (que no existe), los desaparecidos demócratas y el sector de Massa que duerme bastante. 

Si Aufranc se limita a negociar acuerdos entre los concejales de su partido y Meiners la cosa no variará demasiado. De hecho, los famosos acuerdos, tienen un gran porcentaje de sanata. Ahora, si el partido radical, desde su bunker en la calle Colonizadores retoma la vigencia que supo tener hace unos años, la ciudad se lo agradecerá. Para eso, por supuesto, tiene que ser oposición. El radicalismo no puede recuperar el importante lugar que tenía  en la ciudad, haciendo el papel de empleado municipal. Aprobar o desaprobar las mediocres propuestas del ejecutivo, eso lo hace cualquiera, hasta los integrantes de la planta permanente del municipio. La mayoría radical socialista unida en el Frente Progresista no puede continuar haciendo ese triste papel. 

Ojalá los recuerdos del nuevo Presidente se hagan presente y consiga despertar al viejo comité. Más, pensando, que dentro de poco se cometirá electoralmente con un partido peronista abollado por la corrupción como el de Meiners y Pirola. Los pocos votos que separan a la alcaldesa de las propuestas radicales seguro se esfumarán en la hoguera de los latrocinios alevosos de los líderes nacionales. Cualquiera de los candidatos del partido de Illia puede pasar al frente. Para eso necesita que el comité de la avenida resucite y participe.