Si hay algo que es característico del nativo de esta comarca es su notable condición de chupar y morfar variado. La Fiesta de las Colectividades brinda esta posibilidad y la familia grinda no está como para despreciar. La única ocasión en el año en que no se pregunta precio y se da rienda suelta a la billetera para hacer honor al chorizo, a la buseka y al guiso, que si resulta que vienen de lugares exóticos mejor y si no, no importa.

Albóndigas árabes, bañacauda piamontesa, choripanes criollos y torta alemana a lo loco van y vienen por las mesas. Y para no ahogarse con algún alfajor de maizena, meta cerveza, que una vez cada tanto se puede reventar sin joder a nadie. El Municipio lo presenta como un logro propio y (aunque usted no lo crea) cultural. La Secretaria de Cultura se anota un poroto y se cuelga una papafrita en la solapa como si fuera una cucarda. Viva el buen chupi el vino, que mañana no sabemos si estamos. En suma se trata de la edición número doce y se larga el sábado 14 de mayo.