El déficit de materia gris en la dirigencia esperancina se va a notar mucho más con el cambio de Presidente. El "dale que va" del amiguismo de los compañeros del bombo, da la impresión, que se suspenderá hasta nuevo aviso. Las obras "truchas" que salen cinco pesos y se venden a la Nación por diez o veinte se complicarán para la Intendenta. El recambio que traerá técnicos con conocimiento y que no comen "barro" obligarán a "trabajar" (si todavía se acuerda") para justificar las demandas de fondos. Ya no correrá más la "bajada" para discapacitados en la plaza a 200.000 por unidad. Ni la "recuperación de espacios" carísimo para los contribuyentes. Tampoco tendrá las limosnas habituales para la fiesta de Esperanza. Eso lo sabe la Intendenta o por lo menos lo sospecha, entonces recurre a los concejales, con el viejo "yo te apruebo esto y vos me aprobás lo otro". Siempre con un costo altísimo para la gente que dicen defender. En ese rubro se inscribe la aprobación de una sexta cuota de patente. Ojalá los vecinos se enteren y le resten votos para la próxima. O por lo menos que le resten el saludo.