Es posible que haga falta de tanto en tanto un "sincericidio", porque en caso contrario se corre el riesgo de quedar en ridículo. Tanto Gómez como la Intendenta se han cansado de decir que Fascendini es el representante de un tenebroso pasado al que no se debe volver. Hasta hace poco, el hoy Secretario de Gobierno, hizo abuso de lengua contra los concejales radicales, diciendo (como si se tratara de obsecuentes mandaderos) que no pensaban por sí mismos y que solo recibían órdenes de una mente que trabaja en las sombras identificada con el hoy Vice Gobernador. Ahora el funcionario esperancino llegó a traer un aporte no reintegrable para el Fideicomiso empeñado en el primer parque industrial local. El monto más que importante que trajo Fascendini en representación del gobierno provincial pone en evidencia el abandono de la Nación y, de rebote, del Municipio que solo compró una parcela y se sentó a esperar (y criticar a los que no debe) que llegue el milagro. 

Párrafo aparte para Alfonso Gómez que salió a romper lanzas contra los ediles de la oposición, fastidiado por los controles y manifestando su enojo por la no aprobación del presupuesto 2015, presupuesto que, de paso, es casi una novela de ficción con números que ofenden la inteligencia de los contribuyentes. En su recorrida, el Secretario peronista, repartió insultos para todos lados aunque enfocando su bronca contra Fascendini, a quién identifica con "el pasado". Hoy, el pasado, se hizo presente para llegar a los dominios de Gómez con soluciones concretas. Lo que debería sumergirse en el pasado es la diatriba gratuita, insustancial e inútil, Si es que queremos solucionar los problemas de la ciudad.